En Rusia ser gay es un crimen. Está penado por ley. También la "propaganda" de la homosexualidad, como por ejemplo, ir de la mano por la calle o besarse en la vía pública. Esto se plasmó en una ley. En junio del año pasado se adoptó en Rusia una ley, que condena la distribución de "propaganda de relaciones sexuales no tradicionales" a menores de edad con multas y penas de cárcel.

Como en su país se los persigue, Alexander y Dimitri, dos hombres gays de nacionalidad rusa decidieron casarse en la Argentina. Dieron el sí en un registro civil de la Ciudad de Buenos Aires. "Este es el primer paso para luego pedir el estatus de refugiados políticos en nuestro país", dijo el militante por la diversidad Alex Freyre, que los acompañó en este proceso.

"Ellos se fugaron de Rusia justo antes de los Juegos, cuando se recrudecieron las racias", comenta Freyre. Volver, para ellos, sería vivir en prisión por "practicar la propaganda". Alex Freyre y José María Di Bello, ambos integrantes del primer matrimonio igualitario de Argentina y Latinoamérica, acompañaron a la pareja rusa en este paso institucional en la Argentina.

La pareja rusa ya se casó de manera religiosa (pero no legal) en Tailandia. Ahora eligieron la Argentina, donde rige la ley de matrimonio igualitario desde 2010, para solicitar protección y obtener el reconocimiento legal de su estado de familia. Como temen regresar a Rusia después de casados a causa de las leyes homofóbicas actualmente vigentes decidieron presentarse ante la autoridad correspondiente a solicitar el estatus de refugiados. Esta no es la primera pareja que lo hace.

"El amor es más fuerte que la homofobia. Estos dos valientes hombres alzan su voz en nombre propio y de millones de rusos y rusas que han sido declarados ilegales. Ahora Alex y Dima estarán protegidos, Búsquenlos, los encontrarán; como diría León, en el país de la libertad", dice Freyre.

Para Diego de Jesús Arias, presidente de la asociación Mateadas por la Diversidad, quien protagoniza y acompaña actividades de reclamo por la igualdad y contra la homofobia en el mundo, que siguió el proceso esta es una oportunidad para "concretar los sueños, sin prejuicios".

Rusia no es el único país en este sentido. Ayer el presidente de Uganda, Yoweri Museveni, promulgó una ley que convierte a la homosexualidad en un crimen pasible de cadena perpetua, ignorando críticas y presiones internacionales. Hay 76 países en donde ser gay es un crimen; en 10, puede costar la vida de esa persona.

César Cigliutti, presidente de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA), informó: "Estamos trabajando para que se deroguen estas leyes, tanto en Uganda como en cualquier otra parte del mundo. Estamos haciendo presentaciones internacionales y nacionales junto con la ILGA, la organización AllOut y también como integrantes de la Comisión de Diversidad Sexual del Consejo Consultivo de la Cancillería Argentina".

"Sabemos que en realidades como las de Uganda, las denuncias y acciones internacionales son las que pueden enfrentar a estas violentas discriminaciones que todavía promueven algunos Estados en el mundo", concluyó.