Los controles que realiza el gobierno nacional desde el año pasado en el mercado de cambios amenazan al sector inmobiliario a tal punto que ya se registran despidos, ajustes y cierre de locales.

"Es la medida más extrema, no es sólo cerrar un local, sino resignar la profesión, perder años de trabajo", sostuvo Roberto Arévalo, presidente de la Cámara Inmobiliaria Argentina (CIA).

Arévalo admitió que por la crisis que atraviesa el sector, "las grandes inmobiliarias que cuentan con varias sucursales, por cuestiones operativas y para achicar los costos, deciden reducir el número de sucursales",

En una entrevista publicada en el diario Ámbito Financiero, el referente del sector advirtió que "los ajustes están a la orden del día, con reducción de personal y costos".

Arévalo explicó que aún no se va a percibir esto porque en el Colegio Único de Corredores Inmobiliarios las matrículas se actualizan anualmente y vence entre febrero y abril.

Sin embargo, las bajas se reflejan en la calle, donde fue notoria la disminución de departamentos en venta y alquiler, así como el cierre de sucursales. El freno significa ajustes también en los costos: la publicación de avisos en los diarios bajó 50%.

Así se puede corroborar que D’Odorico cerró hace algunas semanas su local de Palermo. Lo mismo sucedió con Ocampo Propiedades, que eliminó de su página web la sucursal de Junín.

El último relevamiento del Colegio de Escribanos de la Ciudad de Buenos Aires arrojó una contracción de casi 50% en las operaciones inmobiliarias, con un total de 3.247 compraventas de viviendas, el peor año desde 1980.