El uruguayo Eduardo Ortiz, quien se convirtió en el primer transplantado del corazón en completar un maratón internacional, tardó cuatro horas y 50 minutos en realizar la prueba. "Más que una prueba era un sueño pendiente" le dijo esta tarde a Fernando Bravo por Radio Continental.  Y ahora va por otro: competir en un ironman en el 2013.

Eduardo Ortiz tiene 43 años y eligió la mayor prueba del atletismo argentino para hacer historia. A los 12 le diagnosticaron sus primeras complicaciones cardíacas. Hace más de una década recibió su transplante, y a partir de ahí eligió al running como modo de vida.

"Mi objetivo es vivir y usar el deporte a mi favor. No pretendo ser ejemplo sino demostrar que se puede", suele repetir este oriundo de Maldonado. Con su mensaje pretende generar conciencia para la donación de órganos.

Eduardo pudo cruzar la meta, levantar los brazos bien alto y agredecerle a Dios, a su mujer, a su hija de tres años y a quien donó el corazón que hoy late más que nunca. "Siento que llegué al final de la carrera con él", dijo.

"El deporte sana todas las heridas y aleja a todas las enfermedades" sentenció.