Unas 2.500 personas se concentraban en la base del cerro riojano Famatina para impedir el acceso al lugar de los mineros de la empresa canadiense Osisko Mining Corporation, que planea explotar allí reservas de oro.

“Hemos tomado esta postura, como pastor de un pueblo no puedo estar al margen de los peligros que esto traerá a la comunidad", sostuvo el sacerdote Omar Quinteros.

El plazo para la instalación de la transnacional en la zona era el 16 de enero. Ese día esperaban represiones o intentos de la megaminera de instalarse, pero nada ocurrió. No hubo intentos de ingresar maquinarias y tampoco hubo mineros en la zona que intentaron comenzar a trabajar.

Los pobladores piden que se anule el convenio. Temen por la contaminación ambiental y por la escasez de agua que sufrirían en caso de que la explotación mineral se concrete.