Científicos de varios países, entre ellos de la Argentina, descifraron el código genético del tomate para devolverle el sabor.

Unos trescientos investigadores descubrieron el genoma que permitirá identificar y mejorar los genes de las vitaminas del tomate. El trabajo incluye aportes de investigadores del Inta y del Conicet.

También estiman que al contar con el genoma de esa planta se podrían usar menos plaguicidas, se podría mejorar su composición nutricional y que duren más tiempo en las góndolas.

El logro es el resultado de un intenso trabajo de colaboración entre científicos de 14 países publicado en la prestigiosa revista científica británica Nature. Habían empezado con el proyecto de la decodificación en 2004 al tener en cuenta el interés comercial que hay en el cultivo: su producción global supera los 140.000 millones de toneladas y muchos de sus consumidores se quejan por el gusto insípido del tomate en las ensaladas. Y terminaron la versión más completa el año pasado, incluyendo la parte que se descifró y analizó en la Argentina.

“Nuestro grupo estuvo a cargo de secuenciar el genoma de la mitocondria, y fue un trabajo que nos enriqueció porque estuvimos en contacto con científicos de 13 países”, contó el doctor Fernando Carrari (44) del Instituto de Biotecnología del INTA en Castelar, donde trabaja desde que regresó al país gracias al programa Raíces del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva. En el equipo, también participaron los argentinos Gabriel Lichtenstein y Mariana Conte.

El tomate que lleva a las verdulerías es –desde el punto de vista de la botánica – una fruta. Se sabe la planta era cultivada desde hace más de 2500 años por las culturas que vivieron próximas a la cordillera de Los Andes. Luego de la conquista española, el cultivo fue trasladado a Europa, donde fueron adaptados a ciertas regiones de ese continente. Pasó el tiempo y hubo una producción masiva que afectó el sabor.

“Las prácticas del cultivo han llevado a buscar en poco espacio y mucho rendimiento, sin atender el sabor”, comentó Carrari. A las quejas de los consumidores actuales, se suman las opiniones de los grandes chefs: “El tomate es un fruto de sol. Los tomates que maduran en cajones carecen de vida”, dijo Francis Mallmann.