“Para un cosmólogo, este mapa es una mina de oro de información”, señaló el astrofísico de la Universidad de Cambridge George Efstathiou, miembro del equipo científico de la misión Planck. Entusiasmado, como el resto de sus colegas, se refería a la imagen que ayer divulgó la agencia espacial europea (ESA por su sigla en inglés). Se trata de la foto con más detalle y nitidez de lo que los científicos llaman “radiación cósmica de fondo” o “radiación cósmica microondas (CMB, por su sigla en inglés). El origen de esa imagen se remonta a 380.000 años después del Big Bang (ver Infografía), “explosión” que se produjo hace 13.810 millones de años, la edad del Universo que, con los nuevos datos del mapa, se confirma con precisión.

Lo que se ve en ese óvalo azulado que parece impresionista es la luz primitiva, congelada en el espacio durante millones de años.

En ella se destacan pequeñas fluctuaciones de densidad que corresponden a las “semillas” de lo que después fueron las estrellas y galaxias que conocemos actualmente. Esta fotografía única confirma las teorías actuales sobre los primeros instantes del Universo. Es el resultado del procesamiento de datos enviados por el Planck, un telescopio espacial lanzado en mayo de 2009 para cartografiar el Cosmos y analizar sus orígenes desde una órbita situada a 1.500 millones de kilómetros de la Tierra.

Los satélites COBE (Cosmic Background Explore) y WMAP (Wilkinson Microwave Anisotropy Probe) ya habían producido versiones anteriores de esa fotografía en 1992 y 2003, respectivamente, que establecieron que el Universo está compuesto de un 4,5 por ciento de materia ordinaria, un 22,7% de materia oscura y un 72,8 de energía oscura.

Pero la imagen divulgada ayer por la ESA es diez veces más nítida que la que consiguió el WMAP hace diez años. “La misión Planck de la ESA ha sido capaz de ‘sintonizar’ la señal CMB con una precisión sin precedentes, eliminando todas las interferencias y fuentes superpuestas para mostrarnos la radiación cósmica de fondo con un asombroso nivel de detalle”, resumió la ESA, que ha invertido 1.700 millones de euros y 15 años de estudios preliminares en esa aventura espacial. El director de Ciencia y Exploración Robótica de la ESA, Alvaro Giménez, comentó que “mirando en ese ‘fósil cósmico’ y comprendiendo todos sus parámetros podemos realizar mediciones precisas” sobre el origen del Universo”.

Tal es la precisión de la nueva fotografía que hace posible “revelar algunas características aún no explicadas que pueden requerir de nueva física para comprenderse”, añadieron los expertos desde la ESA.

Por el momento, lo que se puede pasar en limpio sobre los nuevos datos que surgen del nuevo mapa son: que el Universo es más viejo de lo que se pensaba (antes se creía que su edad era 13.700 millones de años), y que se ratifica la teoría de la inflación, según la cual el Universo se catapultó desde un tamaño subatómico a una expansión observable en una fracción de segundo. Y que se expande, pero más lento. “Esto significa un aval para nuestra comprensión del Universo, creo que tenemos derecho a decir que estamos transitando por el buen camino”, concluyó el físico Sean Carroll, del Instituto de Tecnología de California, Estados Unidos.