Curioso concurso dirigido a estudiantes, científicos y emprendedores que premiará al inventor con 100.000 dólares, cifra que podría volverse millonaria si se demuestra que el producto tiene un excelente potencial.

La búsqueda de un nuevo diseño del preservativo abre una serie de posibilidades sobre texturas, sabores o aplicaciones tecnológicas, incluso, que brinden mayor seguridad tanto a hombres como mujeres y que inciten a su uso.

"¿Y si pudiéramos desarrollar un preservativo que ofrezca todas las ventajas de los actuales, sin sus inconvenientes? Que sea incluso mejor, ¿y si pudiéramos hacer uno que la gente prefiera a no usar condón? Que sea sexy", es la propuesta de la fundación.

Como todo concurso, tiene sus reglas: Los materiales a utilizarse deben ser novedosos y seguros, y deben mejorar o igualar la sensación de no usar profiláctico. Además de aplicar nuevas tecnologías, quienes trabajen en su desarrollo deberán tener conocimientos de materias tales como neurobiología o la biología vascular, entre otras. Una tarea poco sencilla y, por eso, no apta para cualquiera.

Uno de los objetivos de este concurso es lograr que el preservativo sea aceptado en poblaciones que todavía se resisten a su uso. Un fin educativo y, sobre todo, preventivo.