El pianista argentino Daniel Barenboim cumplió su sueño. Desde aquella vez que viajó a Siena y pudo tocar el piano restaurado del compositor húngaro Franz Liszt, reconvertir el suyo se volvió una obsesión. Desde ese entonces, y junto al fabricante belga Chris Maene, buscó "combinar el sonido de antes con los avances técnicos actuales". Con cuerdas rectas a las teclas en lugar de diagonales, el músico logró lo que esperaba: "Es radicalmente diferente. Y lo que lo hace totalmente diferente a los pianos tradicionales son sus cuerdas", explicó el lunes durante la presentación del mismo en el Royal Festival Hall de Londres.

"La transparencia, la calidez y las características tonales de los pianos de cuerdas rectas son diferentes de los tonos homogéneos que producen los pianos modernos", detalló el músico sobre el nuevo instrumento del cual solo hay dos ejemplares y cuya construcción llevó 18 meses de trabajo y que podría construirse a gran escala.


"Estoy seguro de que va a haber demanda por parte de argentinos que busquen ´algo más´", dijo el fabricante belga que se quedó con un ejemplar. No obstante, aclaró que el valor del mismo podría triplicar el del tradicional Steinway que ronda los 150 mil dólares.