Miles de personas ingresan al santuario de San Cayetano de Liniers para pedir pan y trabajo o agradecer haberlo recibo, en el marco de la fiesta religiosa en honor del santo patrono de la Providencia. 

Exactamente a la hora cero, el obispo auxiliar de Buenos Aires, monseñor Juan Carlos Ares, abrió las puertas del templo en medio del tañido de campanas y fuegos de artificio, y luego bendijo a los peregrinos. 

La primera en ingresar fue Delia Noris, una mujer que por una promesa hace más de 30 años recorre de rodillas el trayecto desde el pórtico del templo hasta el lugar donde está emplazada la imagen el santo. 

La mujer, con sombrero, poncho y cubierta por una bandera argentina, fue seguida por un grupo de personas con discapacidad en sillas de ruedas. 

La expresión de fe popular, que se repite en más de medio de centenar de templos dedicados al santo en el país, lleva por lema "San Cayetano inundá nuestra tierra con la misericordia de Dios". 

El cardenal Mario Aurelio Poli, presidirá la misa central hoy a las 11, de la festividad que lleva por lema: "San Cayetano inunda nuestra tierra con las misericordia de Dios".

Los sacerdotes del santuario porteño afirmaron en la convocatoria a través de las redes sociales que el papa Francisco "es peregrino de San Cayetano" y recordaron que el pontífice envió en 2013 un mensaje alentando a los argentinos a ir al encuentro de los más necesitados. 

"Aquí se vive una fiesta de fe, solidaridad, misericordia y esperanza, en la que cientos de miles de fieles acuden a pedir un trabajo o tener un empleo más digno", dijo el sacerdote Alejandro Vignale, párroco del templo ubicado en Cuzco 150. Los devotos de San Cayetano aguardan desde hace semanas en carpas o a la intemperie, soportando bajas temperaturas y días de lluvia, para participar de esta fiesta religiosa. 

"San Cayetano es milagroso, cada vez que la vida me da un sustito él me protege, le rezo mucho y siempre me responde, por eso vengo a agradecerle", dijo una mujer de Santa Teresita, de nombre Jessica, que instaló una carpa sobre la calle Bynon a la espera de la apertura del santuario. 

A partir de las 4 y hasta las 11 se oficiarán misas a cada hora, y entre las 13 y las 23, cada dos, desde el altar levantado sobre la calle Cuzco. La misa central, a las 11, será presidida por el arzobispo de Buenos Aires, cardenal Mario Poli. 

Al finalizar la celebración eucarística, el purpurado porteño saludará a los peregrinos que hacen dos largas filas: unos para tocar el vidrio que protege la imagen del santo y otros para verlo de lejos. También habrá bendiciones de objetos y se recibirán alimentos no perecederos y ropa para Cáritas parroquial.