El juez federal Claudio Bonadío ordenó este lunes la detención del dueño de la empresa Trenes de Buenos Aires (TBA), Claudio Cirigliano, por haber interferido en la investigación del accidente de Once, quien ya quedó apresado por la Gendarmería Nacional.

El magistrado también pidió la detención de otros tres integrantes de la conducción de TBA: Carlo Ferrari, presidente de la firma; Darío Tempone, gerente operativo, y Daniel Rubio, director de administración.

Bonadío consideró que Cirigliano “obstruyó” la tarea de la justicia luego de la quita de la concesión del servicio al hacer desaparecer documentación clave sobre el dinero ingresado en concepto de subsidios a la empresa, en la investigación de la tragedia de la estación de Once en febrero pasado, en la que murieron 51 personas y más de 700 resultaron heridas.

Poco antes de la resolución del juez, el gerente de material rodante de TBA, Roque Cirigliano –y primo de Claudio- presentó un escrito ante Bonadío en el que deslindó responsabilidades en la causa por la tragedia del tren.

Roque Cirigliano negó un mal funcionamiento de la formación y se amparó en una pericia realizada por peritos de la Universidad de Buenos Aires y de la Corte Suprema de Justicia que determinó que tres de los cuatro frenos de la formación funcionaron correctamente.

El empresario se presentó a la indagatoria de este lunes pasadas las 10:00 y en compañía de sus abogados Eamon Mullen y José Barbaccia, los mismos que el viernes pasado asistieron a Antonio Cirigliano.

En tanto, para este martes a las 9:00 está citado a declarar como uno de los imputados el ex secretario de Transporte Juan Pablo Schiavi, quien renunció a su cargo semanas después del hecho.