Según los peritajes, el tiempo que demora en todo el recorrido desde la salida del colegio de Tomas, el crimen en el lugar donde se encontró el cadáver y el regreso a la casa de acusado Adalberto Raúl Cuello es de sólo 14 minutos.

Los detectives realizaron los recorridos posibles y determinaron que, yendo a una velocidad promedio de 40 kilómetros por hora, Cuello pudo haber demorado ocho minutos en ir del colegio de Tomás al campo donde apareció asesinado el niño y otros seis minutos de ese sitio a su propia casa.

El dato es clave porque de esta manera y según los cálculos de los investigadores, a Cuello le sobró el tiempo para buscar a Tomás a las 12.10 del martes, asesinarlo y estar en su casa a las 12.53, cuando ingresó a su Facebook para subir dos fotografías.

"Le sobra el tiempo. Esta recreación del recorrido la hicimos a una velocidad lenta, 40 kilómetros por hora, por lo que si anduvo un poco más rápido, incluso pudo haber hecho todo en 10 minutos", dijo a Télam uno de los investigadores policiales.

El lugar del hallazgo del guardapolvos blanco y de la mochila roja de los Power Rangers de Tomás también complica al acusado, ya que se encuentra de camino entre el campo donde se encontró el cadáver y su casa.

Asimismo, otro de los elementos que comprometen a Cuello es su teléfono celular.

Las fuentes explicaron que los expertos en comunicaciones ya establecieron que el celular del imputado recibió un llamado a la hora que se presume ocurrió el hecho en la zona donde apareció el cadáver.

Según las fuentes, se trató de un breve llamado que atendió y cortó y fue captado por la antena que tiene cobertura en las afueras de Lincoln (la otra antena abarca todo el radio de la ciudad).

"Sabemos que en estas zonas rurales las celdas son amplias, pero es un indicio más de que ese día a la hora clave, Cuello estaba fuera de la ciudad, en el sector donde fue encontrado el cuerpo", reveló el jefe policial consultado.

La misma antena que abarca las afueras de la ciudad de Lincoln captó el teléfono celular de Cuello horas después de haberse consumado el homicidio de Tomás, por lo que los investigadores no descartan que el acusado haya vuelto a la escena del crimen.

"Una opción es que haya vuelto para cerciorarse de que el chico estaba muerto, o quizá fue ese el momento en que se descartó de la mochila y el guardapolvos", son las conjeturas de uno de los investigadores de la policía.

Además, los detectives de las tres Direcciones Departamentales de Investigaciones (DDI) que trabajan en el caso -Junín, Pergamino y Trenque Lauquen-, también encontraron un testimonio clave que podría derribar la coartada de Cuello.

El imputado siempre le dijo a la policía y el sábado al fiscal Javier Ochoaizpuro, que el martes pasado, cuando se despertó al mediodía, fue a la casa de un amigo suyo, apodado "Lechuza" para pedirle dinero y trabajo, pero que no lo encontró.

Sin embargo, las fuentes informaron que el propio "Lechuza" ya le dijo a la policía que el martes, en el horario en que Cuello dijo haber ido a buscarlo, él estaba en su casa y no recibió la visita de su amigo.