Gonzalo Lizarralde, el único imputado por el asesinato de Paola Acosta y por abandonar a la hija de ambos junto al cadáver en una alcantarilla en Córdoba, se negó hoy a declarar en la indagatoria judicial. Su abogado, Sebastián Macari Gaido, pidió a la fiscal Eve Flores "conocer acabadamente la prueba" contra su cliente que se incluyó en la instrucción del caso. Lizarralde fue imputado por homicidio agravado por el vínculo en el caso de Acosta y por el intento de asesinato de su propia hija, Martina.

La niña, de un año y nueve meses, sigue internada en el Hospital de Niños de Córdoba y hoy mostró mejoras en su salud. Se espera que reciba el alta esta semana. En agosto, tras un proceso judicial y análisis genéticos, Lizarralde tuvo que reconocer la paternidad del bebé.

Actualmente, el imputado continúa detenido en el penal de Bouwer y podría enfrentar penas demás de 20 años de prisión hasta reclusión perpetua por la gravedad de los crímenes y sus vínculos directos con las víctimas: "En la causa hay una cantidad de elementos para aumentar la imputación a la persona detenida", explicó el abogado que representa a la querella de la familia Acosta, Juan Sarmiento.

Para argumentar sus presunciones sobre Lizarralde, el abogado detalló: "Fue la única persona sospechosa (de los crímenes) y fue la última que estuvo con ellas, la persona que estuvo enviándoles mensajes para encontrarse con ellas y desde la tarde fue dilatando el encuentro para llegar a un horario nocturno y, con la oscuridad de la noche, tener ventaja sobre las víctimas".

En diálogo con radio Cadena 3, el letrado aseguró que "tanto Paola como Martina fueron atacadas con la misma arma" y que "la nena también tenía heridas de arma blanca". Precisó que, de acuerdo a la autopsia y las pericias médicas, "Paola tenía once heridas de arma blanca en su cuerpo y Martina dos".

Por otra parte, fuentes médicas señalaron que esta semana, posiblemente el miércoles, la niña sería dada de alta dado que su estado de salud mejoró en los últimos días y sólo se le realizaban curaciones en el tórax por las heridas cortantes que tomaron contacto con aguas contaminadas mientras estuvo en el interior del desagüe.

Asimismo, dijeron que un policía fue colocado de custodio en el acceso a la sala de terapia intermedia donde sigue internada la niña para evitar el asedio de curiosos que intentan acercarse a su habitación para saludarla y expresar su apoyo a la familia. El médico Mariano Vittar manifestó a la misma emisora que "en 48 horas estaría lista para recibir el alta" y, mientras tanto, sigue acompañada por "el círculo íntimo de la familia, que son su tía y sus abuelos".