A muy poco tiempo de haber ingresado a una cárcel de máxima seguridad, un condenado se fugó de la cárcel y está prófugo. Marcelo Segovia fue sentenciado a 29 años de prisión por el asesinato de un comerciante.

El hecho ocurrió en junio de 2010. “Emiliano Martinó tenía su propio local, del rubro de gastronomía. Al volver a su casa, una noche, fue interceptado por un grupo de ladrones que le robaron y luego lo obligaron a subirse a su camioneta, cuando se vieron acorralados por la policía, a quien se le dio aviso a través del 911. En esa persecución con tiroteo, Emiliano murió, mientras era mantenido como réhen”.

La historia fue relatada por el abogado de Gisela De Luca, viuda de Emiliano Martinó, Alberto Fornaro.

Segovia había recibido su condena diez días antes de su fuga.

“Él estuvo detenido durante dos años”, en calidad de preventiva.

“Hay versiones encontradas” sobre cuándo desapareció de la prisión exactamente el recluso condenado por asesinato. “Más allá de que es una irregularidad sobre quién y cuando avisó, hubo unas 48 horas en las que el detenido estuvo sin pedido de captura”, subrayó Fornaro, al tiempo que confirmó que están demorados los supuestos responsables a cargo del cuidado de las salidas de los prisioneros.

La viuda está “atemorizada”, relató el magistrado.

Por el hecho, hay cinco agentes de seguridad detenidos “en forma preventiva”.