Dos médicos afirmaron este viernes que Sonia Molina, quien estuvo cautiva durante tres meses en una casa de Coronel Suárez, en 2012, hubiera muerto si no recibía asistencia cuando escapó, debido al mal estado físico en el que fue encontrada producto de golpes, deshidratación y falta de peso.
 
Los profesionales, que también dijeron que la víctima tenía lesiones genitales, declararon en el marco del juicio oral que se realiza en Bahía Blanca por el caso a la periodista Estefanía Heit (31) y a su esposo, el supuesto pastor Jesús Olivera (30).
Sus testimonios fueron los que más comprometieron al matrimonio desde que empezó el juicio y serán clave en caso de que la Fiscalía los acuse por "tentativa de homicidio" en los alegatos.
 
El director del Hospital de Coronel Suárez, Ricardo Denaro, relató ante el Tribunal Oral Criminal 1 de Bahía Blanca que a las 10.30 del 12 de noviembre de 2012, lo llamó el médico de Policía Francisco Cortalezzi, quien le contó lo sucedido a Molina (35) y le avisó que la iban a llevar al centro de salud.
 
"El estado de la paciente era en general malo, estaba deshidratada y adelgazada", dijo Denaro al contar que la había interrogado y que le tuvo que confeccionar la historia clínica.
 
El profesional relató que Molina "presentaba bradilalia (lentitud anormal en el lenguaje y en la articulación de las palabras), hablaba lentamente, pero mantenía su juicio y coherencia en elaboración de las palabras".
 
"Tenía la lengua seca, con halitosis (olor bucal desagradable)", describió el médico y agregó que las medidas tomadas fueron "hidratarla, hacerle exámenes de sangre, pesarla y se la internó" en el hospital.
 
Denaro, quien es especialista en endocrinología y nutrición, afirmó también que Molina presentaba golpes y "marcas en la piel y supuestas quemaduras con objetos en el dorso de los pies y manos con objetos".
 
"Se podía movilizar con dificultad y no se sentía con fuerzas para trasladarse, por eso pedía una silla de ruedas", expresó.
 
El director del centro asistencial relató que la propia Molina le dijo que había estado "en una casa recibiendo golpes y maltratos durante tres meses".
 
Al ser consultado por el fiscal Eduardo Zaratiegui, sobre qué hubiera pasado con Molina si no recibía atención médica, el profesional afirmó que "hubiera conducido al óbito".
En referencia a la evolución y el estado de salud de la víctima cuando estaba internada en el hospital, el médico dijo que "ella sobrevivió, es la respuesta individual de cada paciente".
 
Por su parte, Cortalezzi relató que revisó a Molina en la clínica de Coronel Suárez, donde estaba trabajando como médico de guardia, una vez que le avisaron del destacamento de San José que había una persona para examinar.
 
"Me encontré con una persona con un deterioro importante, con deshidratación, desnutrición severa, con dificultad para deambular y le costaba hablar e hilvanar frases", aseguró.
 
"No podía desvestirse para el examen, me encontré con una persona sumamente delgada, con muchas lesiones en superficie corporal que consistían en hematomas y quemaduras en toda su superficie", acotó.
 
Cortalezzi afirmó que llamó a Denaro para comentarle el caso y que se necesitaba internar urgente a la paciente. "Si hubiera permanecido en ese estado sin asistencia médica, hubiera fallecido", dijo el médico.
 
También el profesional relató que Molina les contó algo de lo que le había pasado y que "nombró a Olivera en varias oportunidades".
 
"Me contó que la sometía a golpes y que la privaban del alimento y de agua. Me comentó que fue sometida a abusos sexuales en reiteradas oportunidades", explicó el médico, quien dijo que no encontró "signos directos, pero sí lesiones superficiales en región genital y extragenital".
 
"No encontré en la entrada del canal vaginal lesiones recientes, en días previos al examen", explicó el profesional, al indicar que éstas "tienen un período de cicatrización de quince días aproximadamente".
 
Cortalezzi también señaló que en el marco del estudio se describieron "lesiones en el himen de vieja data producidas por el ingreso de un elemento romo".
 
Al preguntarle cómo pudo Molina, en el mal estado de salud en el que se encontraba, huir de la vivienda del matrimonio, el médico dijo que "cualquier ser vivo tiene mecanismos endócrinos que permiten la capacidad de respuesta, sacó fuerzas de donde pudo y se escapó".
 
Olivera y Heit, quienes llegaron a juicio detenidos, están acusados de reducir a la servidumbre, lesionar gravemente y estafar a Molina, y en el caso del hombre, también de abusar sexualmente de ella.
 
El caso comenzó a investigarse en noviembre de 2012 cuando, según la denunciante, logró escapar de la casa de la pareja, que la había atraído mediante un ardid religioso y que durante ese tiempo la sometió a diversos abusos y vejaciones.