Además señaló que “el asesino de mi hijo estaba procesado pero libre, por eso lo mató porque el 92% de los delitos son convertidos por reincidentes”, afirmó.

Luego señaló en declaraciones televisivas que “la mayor parte de la gente vive en otro mundo, yo no sabía que tenía que vivir lo que viví. Uno tiene que entrar en el fango y embarrarse el cuerpo y el alma para darse cuenta del sistema penal en que estamos viviendo”.

Agregó que “lo que se hace con nosotros en los últimos años es un experimento social, nos tomaron de conejillos de Indias. Aplicaron un ordenamiento jurídico que no se aplica en ninguna parte del mundo. En la mayoría de los países, donde no se aplica el garanto abolicionismo, las normas son otras porque se respeta la Constitución y las penas son de cumplimiento efectivo”.

Y remarcó que “cuando se produce un homicidio, todos somos en la sociedad perjudicados por ello. Cada vez hay más crímenes por venganza porque no hay sanción legal desde el estado que castigue al delincuente. Por eso la gente hace justicia por mano propia. A mí alguien vino a ofrecerme la posibilidad de hacer justicia por mano propia”.

Para finalizar Cohen de Agrest resaltó que “con la reforma del Código Civil se quiere instalar en el país, los jueces garanto abolicionistas sostienen que cuando hay un delito y el Estado se ha apropiado de la víctima, se lo tiene que devolver”.

Sostuvo que “la justicia restaurativa consiste en que el delincuente se reúna con los deudos para pedirles perdón. Pero no hay perdón hacia el asesino porque el único que lo puede conceder es la víctima y Ezequiel en este caso ya no está. El perdón no es jurídico tiene que ver con la conciencia y es una figura extrajurídica”.