A las 10, Rita Genes y José Mercedes Flamenco, concurrirán a los tribunales de Morón y solicitarán al juez de Garantías 4, Alfredo Meade, que les permitan constituirse como "particular damnificado" en el expediente.

El matrimonio irá acompañado por vecinos del barrio El Pericón, donde vivía la familia que murió, y por el abogado Jorge Bellido, quien dijo a Télam que una vez que pueda tomar contacto con la causa evaluará qué medidas solicitará.

"Las que pidió el fiscal Sergio Dileo me parecen adecuadas, es un fiscal excelente, pero una vez que hayamos tomado vista de la causa, veremos qué hacer", sostuvo Bellido, quien dijo que el peritaje psiquiátrico al único detenido, Cristian Ledesma Méndez (30), comenzará en los próximos días y es "clave" en la investigación.

Los estudios, que serán efectuados por la Asesoría Pericial de Quilmes, determinarán si Ledesma Méndez comprendía o no la criminalidad de sus actos cuando incendió la casa en la que dormía su ex mujer con su actual pareja y sus seis hijos, uno de los cuales era suyo.

Antes de declarar el sábado, el imputado fue revisado por dos médicos que determinaron que comprende lo que se le imputa y parece "normal", pero fuentes judiciales aclararon a Télam que eso no reviste el carácter de peritaje y debe ser confirmado con estudios más extensos.

La masacre fue cometida hace una semana en una precaria vivienda de siete por cuatro metros ubicada en las calles Iwanowski y Larsen de Parque San Martín, en merlo, cuando cerca de la 1 de la mañana la casa comenzó a incendiarse.

Allí murieron la ex mujer del detenido, María Karina Flamenco (38), su actual pareja, Gastón Olivera (31), y sus seis hijos: Yael (13), Briana (11), Sakira (10), Alejo (6), Nayla (5) e Ian (4).

Los peritajes establecieron que el fuego se inició en una cama cucheta que estaba pegada al único ventiluz de la vivienda, por lo que se sospecha que fue iniciado arrojando desde el exterior de la casa una botella con líquido inflamable, hallada tras el siniestro, que ayudó a propagar el fuego.

"Memo" fue mencionado desde el inicio de la investigación como sospechoso de la masacre, ya que según declararon familiares y vecinos de las víctimas vivía acosando y amenazando a su ex mujer por haber vuelto a convivir con Olivera.

La mujer denunció varias veces por maltrato y amenazas al ahora detenido -la última vez el 7 de marzo en la comisaría de la localidad de Parque San Martín-, y le temía tanto que había tapado con cemento las aberturas y cerraba su casa con candado.