Un cabello que pertenecía al portero Jorge Mangeri fue encontrado en la soga que se usó para deshacerse del cadáver de Ángeles Rawson, según determinó una serie de pericias de ADN entregadas este viernes al juez de la causa, Javier Ríos.

Además, la Junta Médica que debía evaluar las conclusiones de la autopsia estableció que Ángeles “sufrió una prolongada agonía”, indicaron fuentes judiciales.

Pero los expertos no se pusieron de acuerdo sobre cómo murió la joven el 10 de junio pasado, cuando volvía de su clase de gimnasia y nadie la volvió a ver.

Los médicos oficiales, por mayoría, confirmaron la hipótesis que figura en la causa en donde se sostiene que la menor murió en el camión de residuos al ser compactada, en el traslado al predio del CEAMSE de José León Suárez, donde se halló su cadáver el martes 11 de junio.

Pero el asesor forense de la querella opinó que, a su criterio, el deceso se produjo por asfixia, cuando le presionaron en el cuello en un supuesto ataque sexual no concretado cuando la menor se resistió.

Mientras entre punto tendrá que ser analizado por el juez Ríos para esclarecer los detalles del homicidio, la situación del porteño Mangeri, ya detenido y procesado por el homicidio agravado de la menor de 16 años, quedó aun más comprometida.

A Mangeri ya lo perjudicaban los rastros de ADN encontrados bajo las uñas de la víctima, en lo que se cree fue un puro acto de defensa al ser agredida en un presunto avance sexual no concretado.

Pero los nuevos peritajes confirman las sospechas e imputaciones contra Mangeri, porque se encontró un pelo del portero en la soga con la que le ataron una bolsa en la cabeza a la menor.

Al igual que las muestras bajo las uñas, esos rastros también sobrevivieron la enorme contaminación del cadáver, encontrado de casualidad en el basural.