Un boquete de concreto de hormigón armado que medía 40 por 22 centímetros fue el túnel a la libertad para 13 internos de la celda número 22 del penal de Ezeiza, entre los que se encuentran temibles ladrones de bancos y especialistas en fugas.

Según informaron voceros del SPF, la nómina de reclusos que escaparon está integrada por: Luciano Javier Campos, José Armando Durand, Alberto Nahuel Freijo, Nicolás Lago González, Leonardo Antonio Salto, Thiago Jiménez, Renato Pereira, Marcos Ezequiel Sánchez, Cristian Espínola, Claudio Ortiz, Marcos Bañera, Jonatan Báez y Luis Alberto López.

Los dos primeros nombres mencionados en la lista estaban recluidos por una serie de golpes a entidades bancarias, pero además tienen un frondoso prontuario.

Luciano Campos cumplía una condena por el robo al banco Itaú (sucursal Flores) que se llevó a cabo en 2001, cuando 68 personas fueron tomadas como rehenes y una mujer embarazada de ocho semanas recibió un disparo en la zona lumbar. En esa ocasión, tras una larga negociación con la policía, el hombre que acaba de fugarse de Ezeiza intentó huir haciéndose pasar por el hijo de una mujer que estaba entre los rehenes, pero fue descubierto por la Policía.

Antes de ese episodio delictivo, Campos había sido condenado como coautor de un homicidio en ocasión de robo cometido en 1996 y estuvo casi tres años recluido en el penal de Villa Devoto, hasta que recuperó la libertad. Además, en el año 2000 había sido arrestado y procesado por robar un auto y portar un arma de guerra.

José Durand estaba preso en Ezeiza por ser el jefe de un grupo denominado "La banda de la granada falsa", porque en cada golpe se caracterizaba por dejar un artefacto explosivo apócrifo para intimidar a la gente y aprovechar ese momento de zozobra para huir . Este grupo asaltó al menos 20 bancos entre los que se encontraban sucursales del Provincia y el Supervielle.

Otros dos casos llamativos son los de los brasileños Thiago Jiménez y Renato Pereira, quienes ya habían escapado en varias ocasiones de penales de su país y en 2007 se profugaron de la alcaidía de Resistencia (Chaco). Estas personas son señaladas como los posibles cerebros de la fuga del penal de Ezeiza, que provocó la renuncia del director del Servicio Penitenciario.