El 4 de agosto de 1976, tres sacerdotes y dos seminaristas fueron asesinados en la iglesia de San Patricio.

Los curas Alfredo Leaden, Pedro Dufau y Alfredo José Kelly, y los aspirantes Salvador Barbeito Doval y Emilio José Barletti fueron las víctimas del crimen padecido por integrantes de la Iglesia Católica en el país, y aún permanece impune.