Otros dos albañiles fueron detenidos acusados de haber participado en el crimen de Ludmila Bazán, la joven de 24 años que apareció el lunes pasado asfixiada y con más de 20 puñaladas en la cara y la cabeza en un basural de la ciudad de Junín. Los detenidos son dos ciudadanos paraguayos que trabajaban en una obra en construcción en la calle Padre Respuela al 300, de esa ciudad bonaerense, y se suman a los otros dos obreros que ya habían sido detenidos el martes último y que ayer declararon ante la Justicia y dijeron ser inocentes.

Los dos nuevos detenidos fueron identificados por la policía como Patrocinio Pérez Sanabria y Alberto Quinteros, ambos mayores de edad y de nacionalidad paraguaya, al igual que los otros dos apresados que tiene el caso. Distintos testimonios permitieron establecer que la joven asesinada fue vista por última vez por sus familiares cuando se retiró de su casa el domingo por la noche a bordo de una motocicleta tipo scooter y se dirigió a una obra en construcción en la calle Padre Respuela 370, de Junín.

Por eso, ayer el fiscal del caso Sergio Terrón solicitó a la policía bonaerense que realice un nuevo allanamiento en esa obra, donde se secuestraron prendas de vestir manchadas con sangre, teléfonos celulares y otros elementos de interés para la causa. El fiscal ordenó la detención de Pérez Sanabria y de Quinteros, los dos obreros que habitualmente trabajaban allí y que también pernoctaban.

Estos dos albañiles son amigos de los otros dos que ya están detenidos en el marco de la causa, llamados Gustavo Silvestre Nuñez Ibarra (33) y Luciano Gonzalez Leith (61), y que no serían ajenos al hecho. Existen infinidad de comunicaciones el mismo domingo de la desaparición de Ludmila entre los cuatro hombres, y de éstos con la chica asesinada", dijo un investigador con acceso al expediente. Los investigadores están convencidos que entre estos cuatro detenidos está el o los autores materiales y que se deberá determinar si el resto puede ser imputado como partícipe o como encubridor del crimen.

Según la autopsia, Ludmila no fue abusada sexualmente. La muchacha murió a raíz de una asfixia mecánica y de unas 20 lesiones cortantes en rostro y resto del cráneo. Ese ensañamiento con el cuello y la cara es un indició de un crimen de género.