El Tribunal Oral en lo Criminal (TOC) número 5 del Departamento Judicial de Lomas de
Zamora condenó hoy al ex catequista Lucas Martínez a prisión perpetua por el crimen de su ex novia, Noelia Delic, quien fue asesinada de 18 puñaladas dos años atrás en el partido de Avellaneda.

Martínez fue condenado por el delito de "homicidio agravado por alevosía".

El fallo se ajustó al alegato del fiscal Bernardo Schell, quien había asegurado que en el proceso quedó acreditado que Martínez actuó de forma deliberada.

El tribunal conformado por los jueces Guillermo Puime, Pedro Pianta y María del Carmen Mora consideró que es "absolutamente indudable que el imputado le dio muerte a Noelia Delic".

Para el tribunal la joven estuvo en "evidente estado de indefensión" cuando se encontró con Martínez en el lugar del hecho.

El condenado conocía a su víctima desde la infancia y se había separado unos años antes del crimen, de la relación de noviazgo que tenían.

En tanto, Graciela, la madre de Noelia, consideró tras leerse el fallo que "se hizo justicia" y advirtió que "los varones deben aprender que cuando las mujeres dicen que no, es no".

"Noelia dijo que no y lo mantuvo con su vida", sentenció en el mismo sentido.

Por su parte, Pedro Delic, padre de Noelia, expresó: "Agradezco de que el tribunal haya visto la verdad. Estoy satisfecho con el fallo, aunque dolido porque también es un ser humano que tendrá que pagar, pero su físico hizo un desastre y por eso tendrá que pagar con la pena de prisión".

"Me hubiera gustado que me hubiera contado por qué, cuál fue la razón, no hubo arrepentimiento. No necesitaba hacer eso, podría haber venido a hablar conmigo si hubiera necesitado algo", agregó.

El crimen se produjo en octubre de 2010 en la puerta de entrada de la casa de la víctima, en Otero al 200, de Villa Domínico.

En ese lugar, la joven, que era catequista y estudiante de Letras, fue hallada muerta con 18 puñaladas, además de tener la tráquea rota.

La víctima había mantenido una relación sentimental de dos años de duración con el condenado, que había finalizado dos años antes que la fecha en la que ocurrió el crimen.