En los procedimientos se secuestraron una carabina 22, una pistola 9 mm, joyas, dinero en efectivo y electrodomésticos.

Según se informó, esta organización tenía su centro de operaciones en una casa de Capital Federal, donde realizaban los llamados extorsivos. En tanto, en una vivienda de la localidad de Munro reducían las joyas y el dinero que obtenían por los rescates.

La banda era liderada por ciudadanos integrantes de la comunidad gitana mientras siguen los operativos para atrapar a más de sus integrantes.

La investigación comenzó el primero de octubre del año pasado cuando se recibió una denuncia de una familia de San Vicente que pagó rescate por un falso secuestro.

No obstante, la pesquisa pudo determinar que estos delincuentes cometieron 63 hechos aunque se presume que podrían ser muchos más.

De acuerdo a un jefe policial, los llamados se hacían de noche en circunstancias en que las víctimas se hallaban descansando. Los delincuentes exigían una suma de dinero y joyas a cambio de la "liberación" del supuesto secuestrado, recurriendo en varias oportunidades a más de una llamada en las que se montaba una escena que incluía gritos y llantos.