La nueva muestra de barbarie del Estado Islámico incluye un discurso de un yihadista en el que acusa a los tres soldados de sirios de atacar población civil y de abusar de los musulmanes de Homs.

Un extremista islámico repite las acusaciones que pesan sobre los tres hombres con un micrófono que amplifica el sonido para que la turba escuche. Luego, da la orden para que, con puñetazos y patadas, los asesinen. Los tres hombres están atados de pies y manos y ven cómo la multitud enardecida se acerca para aniquilarlos.

Una vez que ya fueron asesinados, atan sus cuerpos sin vida a unas motocicletas y desfilan los cadáveres por la ciudad de Raqqa, bastión del Estado Islámico.

Hombres fuertemente armados conducen esas motocicletas, aparecen sonriendo y levantando el dedo índice al aire, en señal de devoción religiosa.

Recién ahora se conoce el video, pero se presume que fue grabado en noviembre de 2014.

Esta matanza se suma a las decapitaciones de los periodistas estadounidenses, el desfile dekurdos enjaulados camino a la muerte y el destino del piloto jordano, quemado vivo por los terroristas.