"No son los denominados separatistas sino los contrarios quienes bombardean el lugar constantemente, lo que no permite trabajar allí", dijo Putin en declaraciones a la prensa tras reunirse con el primer ministro malayo, Najib Razak, en los márgenes de la cumbre del foro de Cooperación Económica Asia-Pacífico (APEC) en Beijing.

El derribo de vuelo MH17 el 17 de julio en el este de Ucrania, región donde se desarrollan los combates entre el Ejército ucraniano y separatistas pro rusos, desató una serie de acusaciones cruzadas entre Kiev, Moscú y los separatistas, sin que ninguna investigación hasta ahora haya determinado de forma concluyente la autoría del ataque.

Najib, quien prometió llevar a la justicia a los autores, recordó que las primeras investigaciones señalan que el avión fue derribado por un objeto que lo golpeó con "gran energía", lo que descarta una falla mecánica, según informó la agencia de noticias EFE.

"Hay más preguntas que respuestas en este momento", dijo, y señaló, en línea con lo expresado por Putin, que "lo más importante es tener acceso al lugar del impacto".

El líder ruso aseguró que su país apoya una investigación a fondo para esclarecer la caída del aparato y rechazó que los separatistas estén ocultando pruebas a los investigadores.

Hasta la fecha, los investigadores independientes tuvieron pocas posibilidades de llegar hasta el lugar en el que permanecen los restos del vuelo MH17, en una zona del este de Ucrania controlada por los separatistas y objetivo de permanentes ataques del Ejército ucraniano.

Desde Donetsk, bastión separatista, los rebeldes pidieron hoy un nuevo mecanismo de control de los acuerdos de paz de Minsk, que fijan la hoja de ruta para el proceso negociador de la paz, argumentando que la Organización de Seguridad y Cooperación en Europa (OSCE) no puede supervisar su cumplimiento.

La OSCE fue desplegada en Ucrania precisamente para supervisar esos acuerdos firmados entre las autoridades de Kiev y los rebeldes pro rusos el 5 de septiembre, pero que que no terminaron con las hostilidades.

"Lo malo no son los acuerdos de Minsk. Lo malo es la ausencia de un mecanismo de control sobre su cumplimiento", afirmó Andrei Purguin, viceprimer ministro de la República Popular de Donetsk.

Los separatistas consideran que el cumplimiento del acuerdo es una "condición indispensable" para que el proceso negociador con Kiev retome el cauce político.

"Necesitamos una fuerza que pueda garantizar el cumplimiento de los acuerdos".

Por su parte, el presidente del Soviet Supremo (Legislativo) de la República Popular de Lugansk, Alexei Kariakin, subrayó que los separatistas no rechazan los acuerdos de Minsk, "pero exigen una revisión".

Hoy, la OSCE anunció que vio dos convoyes de 17 camiones militares cada uno circulando por Donetsk, en zona controlada por los rebeldes, que "incluyen artillería y sistemas lanzadores de misiles".

Los vehículos fueron detectados por la misión de observadores ayer, domingo, un día después de haber constatado la presencia de otros convoyes militares en las afueras de la ciudad de Donetsk, la capital regional.

El comunicado indica que los observadores "no vieron a ninguna persona de uniforme viajando en esos camiones", tanto en el convoy detectado cerca de Sverdlov (a 15 kilómetros al este de Donetsk), como en otro cerca de la localidad de Zuhres (a 41 kilómetros al este de la capital).

El presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, advirtió que los acuerdos están amenazados después de que las fuerzas leales a Kiev y los milicianos separatistas reanudaran los combates pese al alto el fuego que rige en el este de Ucrania desde el pasado 5 de septiembre.