Hoy, en su quinto día en Río de Janeiro, el Papa Francisco confesó a cinco jóvenes, se reunió con presos en el palacio arzobispal y encabezó el rezo de Ángelus Domini. Por la tarde celebrará un Vía Crucis en Copacabana.

Sobre el balcón del palacio de San Joaquín, ante una multitud de personas que se congregaron este mediodía, Francisco abogó por la familia y pidió por el "diálogo" entre los jóvenes y los ancianos.

"La familia es el lugar para privilegiar la fe", dijo el Papa, y aseguró: "Es importante el encuentro y el diálogo entre las generaciones, principalmente dentro de la familia. Niños y ancianos construyen el futuro de los pueblos".

Francisco recordó que hoy en Brasil y en otros países se celebra la fiesta de los abuelos, tras lo que afirmó: "íQue importantes son los abuelos en la vida de la familia para comunicar ese patrimonio de humanidad y de fe que es esencial para toda sociedad!.

El obispo de Roma dijo también que es muy importante el encuentro y el diálogo intergeneracional, sobre todo dentro de la familia. "Los niños porque llevarán adelante la historia, los ancianos porque transmiten la experiencia y la sabiduría de su vida. Esta relación, este diálogo entre las generaciones, es un tesoro que tenemos que preservar y alimentar", añadió el Papa.

Antes de dirigirse al palacio, Francisco se tomó el tiempo para confesar a cinco jóvenes. En el parque Boa Vista, escuchó a un venezolano, un italiano y tres brasileños, escogidos por sorteo y tomando como referencia su lengua, a fin de facilitar la comunicación con el Papa. Los nombres de los jóvenes no fueron difundidos para "preservar la intimidad".

Tras ser recibido por el padre Arnaldo Rodrigues, responsable de esa actividad paralela a la JMJ, Francisco rezó en silencio en la capilla con los cinco jóvenes, tres hombres y dos mujeres, y luego los escuchó, uno a uno.

Su agenda continuó cerca de las 11.30 con un encuentro con jóvenes reclusos, en el palacio arzobispal. La reunión, de carácter confidencial para preservar la intimidad del encuentro, se realizó en una habitación cerca de la entrada del Palacio y participaron también algunos asistentes de los reclusos.

La jornada de hoy, su quinta en Rio desde que llegó el lunes pasado, concluye con un Vía Crucis en Copacabana, un día después de encabezar allí un multitudinario encuentro con fieles católicos.