Una cumbre sin precedentes mantendrán mañana en Singapur los presidentes de China, Xi Jinping, y de Taiwán, Ma Ying-jeou, en el primer encuentro entre los gobernantes de ambos países desde que rompieran sus relaciones tras la guerra civil entre comunistas y nacionalistas en 1949. La entrevista tendrá lugar a las 15 (4 de Argentina) en el Hotel Shangri-La, en un encuentro que se espera dure una hora, informó hoy la Oficina de la Presidencia de Taiwán.

Luego de la reunión, los líderes ofrecerán ruedas de prensa por separado, y más adelante cenarán en privado durante un tiempo estimado de poco más de una hora. Según anunciaron ambas partes, no habrá declaraciones por escrito ni firma de acuerdos, síntoma claro de un armado geopolítico con no pocas dificultades.

El presidente taiwanés dijo que acudirá a la cita en busca de "consolidar la paz y el statu quo de no independencia, no unificación y no uso de la fuerza", y también de lograr un mayor espacio internacional para la isla y otras concesiones desde Beijing. Además, calificó la reunión de "hito histórico", pero admitió que, "a pesar de que las tensiones han disminuido con el tiempo, aún quedan muchos problemas por resolver y muchas diferencias".

Taiwán busca que estas cumbres se institucionalicen, sin importar quién esté en el poder en la isla, y agregó que los lazos entre Taipei y Beijing, gobernadas separadamente desde hace 66 años, "están en el mejor momento de su historia". La reunión también es la señal de que el gobierno chino se ha dado cuenta de que el fuerte aumento de las relaciones comerciales y financieras con Taiwán no ha sido suficiente para garantizar la estabilidad de las relaciones, según apuntan analistas isleños.