En el operativo, "que se llevó a cabo dentro del marco de las leyes internacionales", destacó el ministerio británico, la nave de guerra rusa Neustrashimy, equipada con misiles, armas anti-aéreas y torpedos, fue escoltada por la fragata británica HMS Argyll, buque también fuertemente armado.

El episodio, del que Londres no dio mayores explicaciones, sucede en el marco de una escalada de la tensión en sus relaciones con Moscú.

El mes pasado, dos aviones de la Fuerza Aérea (RAF) escoltaron a dos bombarderos rusos con capacidad de transportar misiles nucleares que volaban sin autorización al sur de Bornemouth, Gran Bretaña.

La prensa británica afirmó que Rusia "está provocando militarmente a Gran Bretaña" tras haber sufrido sanciones económicas por el conflicto con Ucrania.

El mes pasado, el gobierno británico convocó al embajador ruso en Londres para informarle de "actos inaceptables" de provocación militar por parte de Moscú.

Además, durante 2014 más de 100 aviones rusos fueron interceptados sobrevolando sin autorización el espacio aéreo europeo, tres veces más que en 2013.

En tanto, el emisario especial del Ministerio de Exteriores ruso, Grigori Berdénnikov, destacó hoy que pese al distanciamiento con Estados Unidos derivado de la crisis ucraniana, Rusia no tiene intención de abandonar el Tratado de Reducción de Armas Estratégicas (START).

"Al día de hoy no vemos motivos para renunciar al cumplimiento de los compromisos derivados de ese acuerdo", dijo el diplomático en una entrevista con RIA Novosti.

Según declaró el funcionario ruso, en 12 meses ambos países llevaron a cabo 18 inspecciones cada uno e intercambiaron información telemétrica sobre respectivos lanzamientos balísticos.

Previamente, el jefe del Estado Mayor ruso, el general Valeri Guerásimov, explicó que Moscú siente preocupación por las actuaciones de EEUU para crear el escudo antimisiles global.

Según Guerásimov, estas actuaciones alteran el equilibrio estratégico y la estabilidad en el mundo y socavan las bases del Tratado START III.

"No podemos permanecer indiferentes ante semejantes acciones de Occidente y nos vemos obligados a tomar medidas de
respuesta", advirtió el general ruso.

El START III fue firmado por ambas superpotencias en 2010, y reemplazó a dos acuerdos anteriores, el START I de 1991 y el Tratado de Reducciones de Armas Ofensivas Estratégicas de 2002.

El nuevo documento, que entró en vigor en febrero de 2011, obliga a ambos países a reducir sus arsenales hasta las 1.550 ojivas nucleares y 800 vehículos correspondientes, desplegados y en reserva.

En virtud del START III, que tiene una vigencia de 10 años, las partes intercambian cada seis meses datos sobre sus armas estratégicas.