Los 137 habitantes de la isla de Kuchinoerabu, en el suroeste de Japón, fueron evacuados por la fuerte erupción del volcán Shindake. Kuchinoerabu, que tiene una superficie de unos 38 kilómetros cuadrados, es parte de la prefectura de Kagoshima y se sitúa a unos 100 kilómetros al sur de la isla de Kyushu, una de las cuatro principales del archipiélago japonés. La primera explosión del Shindake se registró a las 9.59 (21.59, hora en Argentina) por lo que la Agencia Meteorológica de Japón activó el nivel máximo de alerta en caso de erupción y recomendó la evacuación de la isla. Una enorme nube de ceniza negra que llegó a alcanzar unos 9.000 metros de altura mostraron las imágenes emitidas en la cadena pública NHK.

El magma lanzado por el volcán llegó hasta una de las playas de la isla, sin que se registraran heridos de gravedad, indicó la mencionada fuente. Los habitantes de la isla podrían tardar meses e incluso años en regresar a la isla, como ocurrió con los residentes de la isla de Miyake, en el sur de Tokio, donde la erupción de un volcán en el año 2000 mantuvo a sus habitantes lejos de sus hogares más de cuatro años.

En agosto del año pasado, el Shindake registró su primera erupción en 34 años, lo que obligó a la Agencia Meteorológica a decretar el nivel 3 en su escala de alerta volcánica (que tiene un total de 5 niveles). A esto hay que sumar el que el organismo detectó en marzo en el entorno del Shindake, de unos 650 metros de altura, un incremento del nivel del dióxido de azufre en el aire. Además, desde enero el acceso a una parte de la isla había quedado prohibido debido a una reciente serie de terremotos aparentemente de origen volcánico.

En esta misma isla, una erupción volcánica provocó el 24 de diciembre de 1933 la muerte de varios residentes cuando riadas de lava enterraron aldeas. Japón está situado en el anillo de fuego del Pacífico y cuenta en su territorio con más de un centenar de volcanes activos e inactivos.