En septiembre de 2012 se subió a una embarcación junto con un amigo. Salieron desde México con el objetivo de llegar a El Salvador, pero el corto viaje se transformó en una tremenda osadía: más de 12 mil kilómetros y casi un año y medio a la deriva. José Iván logró sobrevivir en las aguas del Pacífico y apareció en las Islas Marschall; su amigo falleció meses atrás.

Apenas con ropa interior desgastada, flaco, con el pelo largo y barbado, su historia parece un calco de "Relato de un náufrago", la novela de Gabriel García Márquez. "Su estado no es bueno, pero poco a poco está mejorando. Le dimos agua", contó Ola Fjeldstad, el estudiante de antropología noruego que está haciendo una investigación en el arrecife de Ébano Atoll de las islas Marshall y fue quien se encontró al náufrago.

José Iván estuvo 16 meses a la deriva en las aguas del Pacífico, recorrió más de 12 mil kilómetros y sobrevivió con lo que tuvo al alcance de sus manos. Según su propio relato, comió tortugas, aves y peces y bebió la sangre de las tortugas cuando no tenía agua de lluvia.

No se ha encontrado ningún material de pesca a bordo del barco y el estudiante que lo rescató cree que tuvo que atrapar a sus presas con sus propias manos. Es más, tenía una tortuga en el barco cuando apareció en el atolón.

No es la primera vez que sucede un caso de este tipo. En agosto de 2006, otros tres pescadores mexicanos también fueron encontrados en las mismas islas, después de llevar nueve meses a la deriva.

Un mes después, cuatro pescadores de Micronesia, que quedaron a la deriva durante 34 días en el Pacífico y recorrieron más de 1.500 kilómetros, fueron socorridos cerca de las mismas Islas Marshall. Y en 1992 dos pescadores de Kiribati estuvieron a la deriva durante 177 días antes de llegar a Samoa