Un sondeo de la consultora GPO, encargado por el canal Mega Channel, da a Syriza el 30,4% y a Nueva Democracia, el 26,4%, lo que representa un incremento del 0,8% a favor de la coalición de izquierda con respecto al sondeo anterior de GPO, realizada hace una semana.

Otra encuesta, de la empresa Alco, publicada hoy por el diario Proto Thema, indica que Syriza obtiene un 31,7% y Nueva Democracia, un 27,8%, lo que constituye un crecimiento del 0,5% de Syriza y una baja, también del 0,5%, de ND, respecto a un sondeo anterior.

También la Universidad de Macedonia publicó un estudio encargado por Skai Televisión, en el que la ventaja de Syriza habría aumentado en conjunto del 4,5% al 6,5% durante los últimos 7 días.

La clave, siguen siendo los votantes de última hora o indecisos, que ascienden al 19% según datos de GPO publicados por el periódico heleno Ethnos, que especifica que de esa cifra, el 11,5% no sabe aún hacia donde inclinará su preferencia, mientras el 7,5% restante empieza a dilucidar esta duda.

Todos los datos citados hoy corresponden a sondeos realizados entre el 15 y el 19 de enero.

Entre las causas de este eventual desplazamiento en los votantes, que marca las preferencias de Syryiza, la prensa local cita el marco de gran desencanto en que el que se realizará este proceso eleccionario.

Dos años y medio después de los últimos comicios poco o nada cambió en la vida de los griegos, la economía recién muestra leves signos de recuperación, y las recetas de la austeridad muestran su fracaso, mientras la pobreza se acentuó.

Tras seis años de recesión, 2014 fue el primero en que Grecia registró un leve crecimiento de su Producto Interior Bruto (PIB), que según las cifras provisionales del Gobierno -las oficiales se conocerán en febrero- fue del 0,6 % real.

El turismo, principal fuente de ingresos del país, remontó levemente en el último año y las previsiones del sector apuntan a que en 2015 Grecia superará la cifra récord de 21,5 millones de visitantes del pasado ejercicio.

Sin embargo, este incremento no se nota en los comercios, muchos de los cuales incluso reportaron pérdidas y ni siquiera los periodos de rebajas y Navidad sirvieron para cuadrar las cuentas.

La mejora de las cifras macroeconómicas no llegó aún a los bolsillos de los ciudadanos que han visto cómo desde el inicio de la crisis sus ingresos se redujeron en un 40%.

Esto generó una nueva clase de pobres en Grecia, los que aún conservando su trabajo tienen muy difícil llegar a fin de mes y afrontar los gastos corrientes como electricidad y calefacción, que en casos extremos se han convertido en un lujo.

El desempleo continúa siendo el problema más grave pues, según los últimos datos, roza el 26% y más del 50% en los jóvenes, lo que provocó que muchos de ellos hayan migrado hacia otros rumbos en busca de oportunidades en el extranjero o esperar a que la crisis pase aceptando trabajos a tiempo parcial y, en ocasiones, muy precarios.

El nuevo Gobierno heleno deberá sentarse a negociar los temas que quedan pendientes del último tramo del plan de ajuste, que expira a finales de febrero y que la Comisión Europea ya ha propuesto extender hasta seis meses más para evitar posibles problemas de liquidez.

Esa negociación con los acreedores centra gran parte de la campaña electoral, y mientras Samaras (de 63 años) promete el fin del programa de rescate sin poner en peligro la pertenencia del país a la Unión Europea, el compromiso del líder de Syriza, Alexis Tsipras (de 41 años), se centra en la renegociación de los acuerdos con Bruselas y Washington.