De acuerdo a la información, Kim, de 55 años, viajó a Corea del Norte siete veces en 2006 y 2007, y en diciembre de 2011 trató de erigir en Seúl un monumento al fallecido lider norcoreano Kim Jong-il.

"Estamos buscando la correlación entre estos hechos y el incidente", explicó la policía surcoreana en un comunicado.

Las autoridades policiales también investigan "el contexto de este incidente (el ataque al embajador) en Corea del Sur y en el extranjero", en lo que se considera una referencia a la vecina Corea del Norte.

El atacante, un activista radical líder de un grupo ultranacionalista, sería simpatizante del gobierno norcoreano, aunque prácticamente se descarta que Pyongyang esté detrás del ataque.

La hipótesis más firme de Seúl es que el ataque se atribuye más a la acción aislada de un fanático, que hace cinco años también intentó agredir al embajador de Japón.

La policía imputó al agresor por los cargos de intento de asesinato, asalto a un enviado extranjero e interferencia ilícita.

Además, también podría caer sobre él la acusación de violar la Ley de Seguridad Nacional que prohíbe tener contactos sin autorización con Corea del Norte y hacer apología del régimen de los Kim.

Las autoridades policiales iniciaron hoy un registro de la vivienda y la oficina del sospechoso que el jueves acuchilló al embajador Lippert durante un desayuno en pleno centro de Seúl.

El agresor, que provocó a su víctima heridas en la mano y un profundo corte de 11 centímetros en la cara que requirió más de 80 puntos de sutura, lanzó tras el ataque proclamas contra los ejercicios militares conjuntos que Corea del Sur y EEUU llevan a cabo estos días en territorio surcoreano.