En un artículo científico publicado en la revista Nature Communications, un equipo de científicos reportó el hallazgo de kimberlita, una roca ígnea volcánica que suele contener diamantes, en las montañas Príncipe Carlos en la Antártida oriental.

Las muestras, tomadas en el Monte Meredith, no revelaron la existencia de diamantes y el estudio, que tenía como objetivo examinar la geología de la región y no las posibilidades mineras, no preveía cuantificar esta piedra preciosa.

Sin embargo, la investigación indicó que la huella del mineral es idéntica a otras halladas en otros lugares del mundo donde se han encontrado diamantes.

"Las muestras son típicas en textura, mineralogía y geoquímica a las kimberlitas del Grupo 1 de localidades más clásicas", señaló el estudio dirigido por Greg Yaxley, de la Universidad Nacional Australiana en Canberra.

La kimberlita, una roca que rara vez se encuentra cerca de la superficie de la Tierra, se formó según se cree en las grandes profundidades del manto terrestre, donde las condiciones son adecuadas para que se creen los diamantes -átomos de carbono cristalizados en formas reticulares bajo extrema presión y temperatura-.

El estudio sugirió que la kimberlita fue empujada hacia la superficie hace unos 120 millones de años, cuando los actuales África, la Península Arábiga, Sudamérica, el subcontinente indio, Australia y la Antártida conformaban un supercontinente llamado Gondwana.
Afloramientos de kimberlita tachonaban el centro de Gondwana entonces.

Los continentes que la componían se separaron luego, lo que explica por qué se han encontrado diamantes en lugares tan diversos y distantes, desde Brasil hasta el sur de África e India, según esta teoría.