La policía rusa detuvo al sospechoso del crimen de un joven eslavo que desató los disturbios xenófobos el pasado domingo: se trata de Orhan S., originario de la república surcaucásica de Azerbaiyán, informaron hoy agencias de noticias rusas. El joven de 30 años fue detenido con la ayuda de una unidad especial de la policía en la ciudad de Kolomna, a 100 kilómetros al sureste de Moscú, informó la policía citada por la agencia de noticias Interfax.

Antes, la policía había dado a conocer públicamente el nombre pidiendo ayuda para su localización. El sospechoso azerbaiyano vivió unos diez años en la capital rusa y últimamente trabajaba suministrando fruta y verdura a su tío, informó Vladimir Markin, de las autoridades de investigación.

Orhan S. es sospechoso de haber apuñalado el pasado jueves a un joven moscovita de 25 años cuando intentaba proteger a su novia de sufrir acoso. La muerte del joven desató disturbios xenófobos: una multitud integrada por hooligans y extremistas de derecha asaltó el domingo, entre otras cosas, un mercado gestionado por inmigrantes y se enfrentó a la policía, a la que acusa de no hacer lo suficiente contra los extranjeros en estado ilegal en el país.

El jefe de la policía de Moscú, Anatoli Yakunin, despidió hoy a dos funcionarios de alto rango en reacción a los enfrentamientos con los radicales. Además, para calmar los ánimos de los extremistas, las autoridades rusas realizaron el lunes una redada de gran alcance y detuvieron de forma provisional a unos 1.200 emigrantes extranjeros para comprobar sus documentos. Entre ellos se descubrió a unos 200 sin paeples que serán expulsados del país, anunció Yakunin.

El diario “Noviye Isvestiya” informó además que el Parlamento quiere endurecer la ley de inmigración y al mismo tiempo facilitar la búsqueda de empleo de los ciudadanos locales. Los expertos critican que con ello la autoridades pretenden desviar la atención sobre los errores del a política migratoria.

Mientras en la región de Biriuliovo la situación sigue siendo tensa: en la noche del lunes varios enmascarados devastaron una cafetería azerbaiyana cerca del lugar del crimen, aunque nadie resultó herido, informó la televisión Moskva 24. Los caucásicos son considerados por muchos rusos como meros criminales y terroristas y los ciudadanos de ex repúblicas soviéticas como Kirguistán, Tayikistán o Uzbekistán son con frecuencia víctimas de brutales ataques en Rusia.

Los musulmanes moscovitas iniciaron hoy mientras tanto las celebraciones por la fiesta religiosa del sacrificio (el Eid al Adha): más de 100.000 personas rezaron en las calles cerradas por ellos mismos. Además un gran despliegue de seguridad está previsto para evitar enfrentamientos con los ultranacionalistas. En Moscú hay pocas mezquitas para albergar a la gran comunidad musulmana.