El magnate estadounidense Mitt Romney se proclamó vencedor de la interna presidencial republicana tras ganar un nuevo puñado de primarias, y urgió a sus compatriotas aquejados por la crisis económica a ayudarlo a derrotar al mandatario Barack Obama en los comicios de noviembre.

“Esperen un poco más, un Estados Unidos mejor comienza esta noche”, dijo el martes Romney en uno de los discursos más triunfalistas pero también más abarcativo en sus destinatarios desde que comenzó la interna republicana, con el que el candidato pareció dar inicio a la campaña electoral para las elecciones generales contra Obama.

En otra señal de un intento por dar vuelta la página a la interna y focalizar sus fuerzas en la pelea con Obama, el republicano acusó al presidente demócrata, que asumió con la consigna del cambio, de “falsas promesas y liderazgo débil”.

“Adonde sea que vaya, los estadounidenses están cansados de estar cansados, y muchos de los que son lo suficientemente afortunados para tener un trabajo, están trabajando más duro por menos”, dijo Romney luego de ganar las cinco primarias del martes, en Connecticut, Rhode Island, Delaware, Pensilvania y Nueva York.

Las internas fueron las primeras desde que Romney quedara con el camino expedito a la candidatura gracias al abandono de su principal rival en la carrera republicana, el ex senador por Pensilvania Rick Santorum, a principios del corriente mes.

En su discurso, Romney pareció apelar a millones de estadounidenses que no participaron de las internas -sobre todo independientes no afiliados a ningún partido- y que aún no se pusieron a reflexionar más atentamente sobre la carrera por la Casa Blanca, según analistas.

“Cuando veo alrededor de mí a los millones de estadounidenses sin trabajo, los graduados que no consiguen un trabajo, los soldados que regresan a casa para sumarse a la cola de desempleados, me rompe el corazón”, dijo el ex gobernador de Massachusetts. “Esto no tiene que ser así. Es el resultado de un liderazgo fallido y de una visión equivocada”, prosiguió.

Romney aún está a más de 400 delegados de los 1.144 que necesita para ser declarado oficialmente candidato en la Convención Nacional Republicana, aunque aventaja por mucho a los dos rivales que aún tiene en la interna, Newt Gingrich y Ron Paul.

En total, las internas del martes pusieron en juego 209 delegados, y Romney ganó la inmensa mayoría de ellos, alcanzando un total de 764.

La noche de la consagración de Romney también marcó la consecución extraoficial de la candidatura de Obama, cuyo partido también cumplió con su cronograma de internas pese a que el presidente sólo fue desafiado en algunos estados por candidatos muy poco conocidos e incapaces de presentarle un desafío serio.

Con sus triunfos en las internas de este martes, Obama alcanzó 2.854 delegados, superando los 2.778 que se necesita para ser proclamado candidato por el partido.