"No se le puede pedir ni imponer al presidente del gobierno que negocie la soberanía nacional", aseguró Rajoy, rompiendo el silencio con una esperada conferencia de prensa luego de que el presidente catalán, Artur Mas, le solicitara negociar la celebración de un nuevo referéndum, definitivo y vinculante.

"Que nadie se lleve a engaño o malinterprete, si lo que Mas pretende es imponerme un referéndum de verdad o una consulta definitiva, no puede ser", remarcó el jefe del Ejecutivo español en el Palacio de la Moncloa en su primer contacto con la prensa desde la consulta del domingo.

"Lo que era ilegal hace un año, sigue siendo ilegal hoy también", añadió Rajoy, quien de esta forma responde al mensaje que le envió ayer Mas solicitándole -públicamente y por carta- negociar la realización de un referéndum final y de cumplimiento obligatorio sobre la independencia de Cataluña. 

Rajoy recordó a Mas que "la única vía legal que tiene" para llevar a cabo su pretensión es plantear una modificación de la Constitución, pero le advirtió que tanto él como su partido se opondrán a "cualquier reforma constitucional que liquide la soberanía nacional".

Más de 2,3 millones de catalanes -alrededor del 35% del electorado potencial- participaron de la consulta celebrada por el gobierno regional en desobediencia a una prohibición judicial, y el 81% se pronunció a favor de la independencia.

A pesar de que no tenía efectos jurídicos ni era vinculante a nivel político, el gobierno catalán pretendía reforzarse con la consulta para presionar a favor de una negociación para un referéndum pactado con el Estado español, como los celebrados ya en Escocía, Reino Unido, y Quebec, en Canadá.

Hoy, Rajoy hizo una interpretación radicalmente opuesta que le sirvió para rechazar abiertamente y de forma contundente la negociación de un referéndum de autodeterminación.

"Hemos asistido a un profundo fracaso del proyecto independentista", afirmó Rajoy, quien reiteró, en línea con lo que había expresado ya su gobierno, que la votación del 9N (por el domingo), "fue un simulacro electoral" controlado por "los que deseaban ganarlo, personas que se constituyeron en juez y parte".

"No fue una elección democrática, sino un acto de propaganda política", con el agravante "especial" de que "se ha hecho incumpliendo las resoluciones del Tribunal Constitucional", señaló.

"Después de tanto ruido, tanta movilización, tanto dinero público gastado, cuando esperaban una participación masiva resulta que, según sus propias cuentas, la gran mayoría de los catalanes, 2 de cada 3, ni siquiera se han molestado en participar, no les han hecho caso", remarcó el presidente del gobierno.

"Donde el proyecto independentistas pretendía una demostración de fuerza, nos mostró su debilidad" agregó.

Por otro lado, Rajoy subrayó que él nunca se negó a dialogar con el presidente catalán, aunque insistió en que, como presidente del gobierno, tiene que "enmarcarse siempre en los límites de la Constitución". "No voy a negociar nunca sobre la unidad de España y la soberanía nacional", remarcó, una vez más.

Asimismo, el Jefe del Ejecutivo defendió su posición de vetar la consulta ante la Justicia aunque luego no evitó que se llevara a cabo, frente a las numerosas críticas que recibió especialmente desde los partidos de centroderecha y el ala más dura dentro de su partido.

Según publicaron medios españoles, la Fiscalía de Cataluña tenía previsto presentar en las próximas horas una demanda contra Mas, la vicepresidenta de su gobierno, Joana Ortega, y la consejera de Enseñanza catalana, Irene Rigau, por desobediencia y prevaricato, por haber organizado la consulta del 9N,

"¿Se imaginan la imagen en el mundo de la Fiscalía actuando contra el Govern por poner las urnas? Es una imagen dramática para España”, afirmó hoy Mas en una intervención en el Parlamento regional ante la noticia de que sería demandado.

"Lo que no se dan cuenta en Madrid es que hay una mayoría significativa de gente que desconectó con el Estado español y ya no tiene miedo", subrayó Mas, dirigiéndose a la líder del conservador PP (Partido Popular) de Rajoy, Alicia Sánchez Camacho, quien dijo que, tras el domingo, Mas quedó "inhabilitado" para gobernar.

Por su parte, el líder de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC), Oriol Junqueras, principal socio de Mas en el proceso soberanista, afirmó que la posible querella contra el presidente catalán demuestra que con el Estado español "no hay nada que negociar".

Junqueras insistió en la necesidad de nuevas elecciones en Cataluña y, si bien no quiso hablar de lista unitaria (encabezada por Mas), dijo que confiaba en una fórmula que una a todos los partidos soberanistas.

Ante el endurecimiento de las posturas de Mas y Rajoy de los últimos días, el líder del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), Pedro Sánchez, afirmó que hay una salida, que es el diálogo y una reforma de la Constitución.

"Pero no hay voluntad política porque tenemos un presidente resignado y un gobierno agotado", señaló Sánchez.