“Fue un día impresionante, histórico, de esos que nadie se va a poder olvidar”. De esta forma, Elizabetta Piqué, corresponsal del Diario La Nación en Roma, describió el último día de Joseph Ratzinger como Benedicto XVI, el Papa.

“Lo sorprendente era verlo tan sereno, como si se hubiera sacado un peso de encima”, agregó.

“Todos aquellos que lo cuestionaron están volviendo atrás en sus palabras porque hizo algo innovador, que cambia totalmente el significado del papado, lo desmitifica”, resaltó Piqué.

“Su renuncia ya es un mensaje en sí mismo para todos estos cardenales que tendrán que encerrarse en la Capilla Sixtina. La Iglesia evidentemente está en crisis y hace falta un golpe de timón en esta barca de Pedro”, concluyó.