El fuerte olor a gas percibido durante la noche última en las calles de París causó una gran inquietud, y los servicios de socorro recibieron cientos de llamados tanto en Normandía como en la región parisina.

Se trata de “un fuerte olor a gas sin riesgo para la salud provocado por un escape en una empresa química”, informó por Continental el periodista radicado en Francia Jorge Forbes.

Esa nube “no tóxica” partió el lunes por la mañana de la empresa Lubrizol, situada en Ruán (Normandía), unos 110 km al oeste de París, a raíz de una reacción química imprevista en una cuba de mercaptano.

Este gas, llamado también metanotiol, es un producto nauseabundo utilizado para “perfumar” el gas de uso doméstico inodoro a fin de que sea posible detectar los escapes y evitar accidentes.

La nube “se disipará naturalmente en función de las condiciones meteorológicas”, indicaron los bomberos de París. Pese a todo, muchos habitantes de la capital gala se quejaron del aroma y acusaron dolores de cabeza y náuseas.

Oficialmente, el metanotiol es un producto clasificado como “tóxico por inhalación” y “peligroso para el medio ambiente”. Según el Instituto Nacional francés de Investigación y de Seguridad (INRS), se han señalado casos de intoxicación aguda entre los trabajadores expuestos directamente a las emanaciones. En baja concentración, las consecuencias eventuales son irritación de los ojos, de las mucosas respiratorias y de la piel.