Un reconocido científico informático se tiró en paracaídas desde un globo cerca del tope de la estratosfera, cayendo más rápido que la barrera del sonido y rompiendo el récord mundial de altura que se había renovado hace dos años, según informó el diario New York Times.

El salto lo realizó Alan Eustace, de 57 años, un vicepresidente senior en Google. Al amanecer fue elevado con un globo relleno con 35.000 pies cúbicos de helio, desde una pista abandonada en un aeropuerto.

Por un poco más de dos horas, el balón ascendió hasta 1600 pies por minuto hasta una altitud de 135.908 pies, más de 25 millas. Eustace colgaba boca abajo en un traje espacial diseñado con un elaborado sistema de soporte de vida. Volvió a la Tierra sólo 15 minutos después de empezar su caída.

Estuvo increíble", dijo el hombre. "Fue hermoso. Se podía ver la oscuridad del espacio y las capas de la atmósfera, que no había visto nunca", agregó.

Eustace se liberó del globo a sí mismo con la ayuda de un pequeño aparato explosivo y se desplomó hacia la tierra a una velocidad con picos de más de 800 millas por hora, generando un pequeño estallido sónico, que escucharon los observadores que estaban en el suelo.

"Fue un viaje muy salvaje", dijo el hombre. "Me abracé al equipamiento y agarré mis piernas y contuve la partida".

El hombre no sintió ni escuchó el estallido supersónico, mientras pasaba la barrera de sonido, según dijo. Además, hizo dos volteretas hacia atrás, antes de que un pequeño paracaídas lo enderezara.

Su equipo técnico diseñó una unión de fibra de carbono que lo ayudó a que no se enredara con el paracaídas principal antes de abrirlo. Después de cuatro minutos y medio de vuelo, abrió el paracaídas principal y planeó un aterrizaje a 70 millas del lugar de despegue.

"Romper un récord de aviación es increíblemente significante", dijo Mark Kelly, un astronauta retirado, que vio el ascenso de Eustace. "Hay un riesgo enorme. Hacerlo de manera segura es un testimonio para las personas involucradas".

El récord de altitud anterior fue logrado por el temerario austríaco Felix Baumgartner, que saltó desde los 128.000 pies en octubre de 2012.

Eustace se elevó sin la ayuda de la sofisticada cápsula usada por Baumgartner ni los millones de dólares de esponsoreo que recibió. En cambio, Eustace planeó su salto en el mayor de los secretos, trabajando casi tres años con un pequeño grupo de técnicos especializados en el diseño de trajes espaciales, sistema de soporte de vida, un paracaídas y la tecnología del globo. También llevó una modesta cámara Gopro, conectada con su control a tierra por una radio.

Aunque Baumgartner es ampliamente conocido por sus desafíos mortales, Eustace se describe a sí imsmo como un ingeniero con un profundo compromiso con el trabajo en equipo. Él pilotea su propio jet Cessna y tiene una reputación en Silicon Valley por buscar las emociones.

"Alan es una persona que le gusta asumir riesgos y con una gran pasión por los detalles", dijo Brian Reid, un especialista en redes informáticas que trabajó con Eustace.