Una masiva concurrencia marcó hoy las exequias en Ramallah del ministro palestino Ziad Abu Ein, que falleció ayer tras ser golpeado en el pecho por soldados israelíes que reprimían una protesta en Cisjordania, según concluyó una autopsia realizada por forenses palestinos, jordanos e israelíes.

La multitudinaria procesión fúnebre partió a las 10 del hospital al que había sido trasladado el cadáver en Ramallah, en dirección a la Mukata, la sede del gobierno palestino, símbolo de la resistencia palestina y el lugar donde descansan los restos del histórico líder Yasser Arafat.

Con tambores y gaitas y un despliegue militar masivo, Abu Ein fue despedido con honores de Estado y fue sepultado más tarde en el cementerio de Al Bireh, en las afueras de la ciudad.

"Después de escuchar los resultados de la autopsia, el gobierno palestino hace responsable a Israel por la muerte de Ziad Abu Ein", sentenció ante un grupo de periodistas el vocero de la Autoridad Nacional Palestina (ANP), Ihab Bseiso, tras el fin de las exequias.

El director de medicina forense del Ministerio de Salud palestino, Sabir al-Aloul, explicó a la agencia de noticias local Maan que además del golpe que recibió en el pecho y del gas lacrimógeno que inhaló, el fallecido ministro sufrió otro golpe en la cara, que le desplazó todos los dientes frontales hasta el fondo de la garganta.

Asimismo, el médico indició que el cuerpo de Abu Ein exhibía moretones y heridas internas, coincidentes con un estrangulamiento.

Según se vio en un video que fue reproducido por los principales medios locales e internacionales, el ministro palestino para los Asentamientos y el Muro falleció ayer cuando participaba de un acto en el que decenas de activistas intentaban plantar olivos en una tierra, que había sido recientemente confiscada por Israel para ampliar una colonia en la Cisjordania ocupada.

Abu Ein intentó frenar el avance de los soldados israelíes, que querían disolver la protesta, y recibió varios golpes directos e inhaló una importante cantidad de gas lacrimógeno.

La autopista posterior fue realizada en la Universidad de Al Quds por patólogos palestinos, jordanos e israelíes, informó la agencia de noticias DPA.

Según explicó a la prensa el ministro de asuntos civiles palestino, Hussein Al Sheikh, los forenses israelíes que participaron del examen estuvieron de acuerdo con el resultado, pero no firmaron el reporte final, según reprodujo Maan.

El gobierno israelí, en cambio, comunicó una versión diferente.

El Ministerio de Salud israelí informó que dos forenses de esa nacionalidad participaron de la autopsia y explicaron la conclusión del examen en términos extremadamente técnicos, sin detallar si hubo diferencias con los otros especialistas.

En el informe, reproducido por el diario local Jerusalem Post, el ministerio insinuó que Abu Ein pudo haber muerto porque el estrés al que se vio sometido le provocó un ataque cardíaco.

La cartera no hizo referencia a los hechos que provocaron estrés al ministro fallecido ni disputó las denuncias del gobierno palestino sobre la represión militar que precedió a la muerte. Pero sí destacó que el dirigente tenía antecedentes de enfermedad cardíaca y advirtió que una persona con esa historia clínica es más sensible al estrés.

Esta conclusión permitió que los medios israelíes informaran que Abu Ein murió "por un infarto cardíaco" y que sostuvieran que las conclusiones de los forenses israelíes difirieron de las de los especialistas palestinos y jordanos.

La muerte del ministro tensó aún más las relaciones palestino-israelíes, después de un violento año marcado por el fracaso de las negociaciones de paz, en abril, por la ofensiva israelí que dejó miles de muertos en la Franja de Gaza, en julio y agosto, y por la ola de violencia de los últimos meses que hace temer una tercera intifada (levantamiento) en Jerusalén.

El presidente palestino, Mahmud Abbas, un dirigente reconocido por su moderación, reaccionó ayer a la muerte de Abu Ein advirtiendo que "todas las opciones están abiertas para ser discutidas" y acto seguido un importante dirigente de su partido anunció que el gobierno suspendía la cooperación en materia de seguridad con Israel en los territorios ocupados.

Esa decisión generó hoy una reacción entre el liderazgo israelí, el mismo que ha optado por mantener un silencio casi absoluto sobre el tema.

"Creemos que nadie debe morir durante una protesta. Estamos investigando a todos los soldados que estuvieron allí", sostuvo el jefe del directorio de planificación del Ejército, el general Nimrod Shefer, según el diario local Haaretz.

"Es nuestra responsabilidad. Consideramos a la coordinación de la seguridad como algo muy importante para ambas partes y haremos todo lo necesario para mantenerla", agregó.

Poco después, el jefe negociador del gobierno palestino, Saeb Erekat, reiteró que la decisión de Ramallah se mantiene.

"No es posible que (el primer ministro israelí, Benjamin) Netanyahu continúe queriendo una Autoridad Palestina que no tiene ninguna autoridad y una ocupación que no le supone ningún costo", dijo el funcionario a Maan.