México lanzó una cacería del narcotraficante Joaquín "El Chapo" Guzmán, quien se fugó el sábado de una cárcel de máxima seguridad, con más de 9.600 policías federales y unidades especiales en alerta máxima volcados a recapturarlo, informó el gobierno. El líder del cartel de Sinaloa, que logró escapar de su celda a través de un sofisticado túnel de 1.500 metros, con el que burló por segunda vez a las autoridades después de su primera fuga en 2001, es buscado en rutas, hoteles, hospitales y funerarias. 

El túnel desembocaba en una casa que estaba sin habitar y que había sido construida unos meses antes, y tenía alumbrado, tanques de oxígeno, cañerías y una motocicleta adherida a unos rieles que se utilizó para remover la tierra. Las autoridades informaron que están distribuyendo más de 100.000 folletos con fotos recientes del capo más peligroso del mundo en casetas de peaje de autopistas y que 48 policías con perros revisan ómnibus y camiones. Asimismo, indicaron que hay "alerta en los aeropuertos para la revisión de todos los vuelos privados y rigurosa revisión de pasajeros". 

La fuga de "El Chapo", facilitada por una cadena y entramado de complicidades que el gobierno prometió investigar a fondo, fue un duro revés para el presidente Enrique Peña Nieto después de que su captura en febrero de 2014 se convirtiera en su mayor logro en la lucha contra el narcotráfico. Al cumplirse cinco días del suceso que tuvo lugar en la cárcel de máxima seguridad Altiplano I, en el municipio de Almoloya, el gobierno refuerza la cooperación con países vecinos para evitar su escape al extranjero.

"Se han establecido 101 filtros de revisión en las principales carreteras y autopistas federales de los estados de México, Morelos, Hidalgo, Puebla, Guerrero, Tlaxcala, Aguascalientes, Colima, Guanajuato, Jalisco, Michoacán, Nayarit, Querétaro, Zacatecas, Durango, Sinaloa, Sonora, Chihuahua, Campeche, Chiapas, Veracruz y el Distrito Federal", precisó la Secretaría de Gobernación.
En tanto, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio, se reunió con el embajador estadounidense, Anthony Wayne, con quien acordó fortalecer un vasto plan de coordinación y colaboración entre ambos países para dar con el paradero de Guzmán, por quien el Ejecutivo mexicano fijó una recompensa de cuatro millones de dólares por contribuciones a su hallazgo.