Los sanitarios que han atendido en España a pacientes con ébola son "repudiados y rechazados" por compañeros e incluso por miembros de sus familias, según denunció hoy la organización profesional que agrupa al personal de enfermería.
 
"Los enfermeros del Carlos III (el hospital de Madrid en el que estuvieron ingresados los pacientes con ébola) cuentan que sus propios padres no quieren que vayan a verles a su domicilio", manifestó el presidente del Consejo General de Enfermería (CGE), Máximo González Jurado.
 
"A la hora de cambiarse de ropa en el vestuario del hospital, muchos de sus compañeros se alejan de ellos", añadió en la capital española, donde desde el lunes se celebró la Cumbre Mundial de
Enfermería ante el Ébola.
 
El rechazo y el repudio al personal de enfermería que trata con pacientes infectados con un virus que ha causado ya la muerte de más de 5.000 personas en África es algo que se agrava en ese continente.
 
España tuvo hasta ahora tres pacientes con ébola: dos religiosos repatriados por el gobierno de Mariano Rajoy de África, que no lograron superar el virus y murieron en Madrid, y la auxiliar de
enfermería Teresa Romero.
 
La mujer se contagió al cuidar del último de los dos misioneros repatriados y se convirtió en la primera persona en infectarse en Occidente. Las autoridades sanitarias anunciaron hace una semana que estaba libre de virus. Permanece hospitalizada recuperándose de las secuelas.