Millones de londinenses sufrieron hoy serios contratiempos para llegar a sus trabajos en medio de una huelga de 24 horas de los empleados del subte en protesta por un plan de despidos.

La gente se vio obligada a hacer largas colas para subir a colectivos completamente llenos o recurrir a medios de locomoción alternativos como la bicicleta o botes por el Támesis por las suspensiones del servicio en las 11 líneas de subte de la capital.

Se estima que los londinenses hacen 3,5 millones de viajes en subte en un día laboral normal.

La medida de fuerza, acompañada por una guerra verbal entre la compañía concesionaria Transport for London (TfL) y los sindicatos, obedece a la intención de la empresa de eliminar 800 puestos de trabajo, sobre un total de 19.000.

TfL afirmó que el 40% de los subtes estaba "operativo", y que había algún tipo de servicio en todas las líneas menos una, informó la cadena de noticias BBC.

El alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, calificó la huelga de "sin sentido y políticamente motivada" y apeló a los líderes sindicales a mostrar "sentido común" y poner fin a la protesta "tan pronto como sea posible".

El director de Tfl, Mike Brown, dijo que consideraba "increíble" la medida porque los sindicatos recibieron garantías de que la mayoría de los despidos serán de personal de boletería y que la empresa no planea declarar innecesarias otras tareas.

Sin embargo, el sindicato de los Trabajadores Marítimos y del Transporte (RMT, por sus siglas en inglés) aseguró que el paro contó con un apoyo "sólido como la roca" y que unos 11.000 empleados adhirieron a la medida.