La presidenta Cristina Kirchner compartió hoy un almuerzo a solas con el papa Francisco en la residencia Santa Marta, lugar que habita el Santo Padre hasta que se reacondicione el albergue oficial destinado a los papas.

Tras elogiar al papa Francisco, Cristina le solicitó al sumo pontífice que intervenga ante a Gran Bretaña para que acepte dialogar por las islas Malvinas.

Antes de almorzar, la mandataria dialogó entre "15 y 20 minutos" con el flamante Papa, quien en pocos días al frente de la Iglesia Católica generó el fervor de los fieles.

Según se pudo ver en imágenes difundidas por C5N, Bergoglio saludó cálidamente a la jefa del Estado, quien le regaló un equipo de mate. La mandataria también recibió obsequios del sumo pontífice.

Tras el encuentro, la jefa del Estado se reunirá con la prensa, alrededor de las 13.30 locales en el hotel Edén para conversar sobre la reunión con el ex arzobispo de Buenos Aires.

Durante la reunión, Cristina le presentó, además, al canciller Héctor Timerman, el embajador ante el Vaticano, Juan Pablo Cafiero, y el secretario de Comunicación Pública, Alfredo Soccimarro, y su secretario, Martín Aguirre.

Antes del almuerzo hubo risas, gestos cordiales y hasta un beso en agradecimiento por los regalos que se intercambiaron. "¿Puedo tocar? [le sostuvo el brazo derecho] Nunca un papa me había besado", le dijo Cristina a Bergoglio.

Según informó el vocero del Vaticano, Federico Lombardi, no habrá un comunicado de la Santa Sede sobre el almuerzo que compartieron Francisco y la mandataria porque fue una "visita informal".

Se trató de la primera reunión de Jorge Bergoglio con un jefe de estado tras su elección como papa. La próxima reunión será con la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff.

El ex arzobispo de Buenos Aires y la jefa del Estado mantienen una tensa relación luego de las reiteradas críticas de Bergoglio a la corrupción y pobreza en la Argentina durante sus homilías.

Tras la elección del cardenal Bergoglio como sumo pontífice, el Gobierno difundió un frío comunicado para felicitar al nuevo papa. Luego, la Presidenta le pidió que tenga una labor "significante para la región" durante un acto en Tecnópolis.

Pero el cambio de estrategia de la Casa Rosada no se haría esperar. El canciller Héctor Timerman viajó a Roma unos días antes que la delegación argentina para arreglar una reunión con el santo padre.