El secretario general de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, señaló que ésas y otras amenazas internacionales son una prueba de que la Alianza Atlántica "es tan vital para el futuro como lo ha sido para nuestro pasado", y alzó el tono de los reproches aliados a Moscú por desestabilizar a Ucrania.

Respecto a Afganistán, el líder aliado señaló que tras una presencia de más de una década en ese país, la misión de asistencia internacional allí (ISAF) llega a su fin al término de este año, y subrayó que -así- las relaciones entre ambos "entran en un nuevo capítulo".

Advirtió, sin embargo, que sin la firma del acuerdo bilateral de seguridad entre Kabul y Washington, aún pendiente y que marcará las condiciones para la presencia militar en el país centroasiático tras el fin de la misión multinacional de la ISAF, no habrá continuación de la misión.

Los aliados aprobaron en esta primera jornada de su cumbre en Gales una declaración en la que reiteran su compromiso con Afganistán y el desarrollo futuro de sus relaciones que incluye la puesta en marcha, a partir del primero de enero de 2015, de esa nueva misión en sustitución de la ISAF y que no será ya de combate.

Su creación "está subordinada a la firma del acuerdo bilateral EEUU-Afganistán y de la convención sobre el estatuto de las fuerzas aliadas" en ese país, subrayaron los veintiocho socios, que reiteraron que a medio plazo darán asistencia financiera a la misión, al tiempo que lo haga también el gobierno de Kabul.

Rasmussen confirmó haber recibido un mensaje de los candidatos presidenciales de Afganistán para alcanzar un acuerdo político, que permitiría sellar un acuerdo de seguridad para la posguerra.

La crisis de Ucrania y la "agresión rusa" que denuncia la OTAN en el este de aquel país centró buena parte de las discusiones en la localidad galesa de Newport, en el Reino Unido.

A la cumbre fue invitado el presidente de Ucrania, Petro Poroshenko, que por la mañana también se reunió con los líderes de Estados Unidos, Reino Unido, Francia, Alemania e Italia.

"Rusia no ha dado un solo paso para hacer la paz posible, solo ha contribuido a profundizar el conflicto", dijo Rasmussen durante una conferencia de prensa conjunta con Poroshenko, al término de la reunión de la Comisión OTAN-Ucrania.

El secretario general anunció que los aliados asistirán a Ucrania con 15 millones de euros en sus reformas militares, al tiempo que alzó el tono contra Moscú por "no contribuir a rebajar la tensión" en esa región.

Ucrania y la OTAN acusan a Rusia de armar a los separatistas pro rusos alzados en armas contra Kiev desde abril pasado en el este del país y dicen que sus recientes avances militares se debieron al apoyo que les dio Moscú, incluso enviando tropas invasoras, imputaciones que el Kremlin rechaza.

La OTAN, dijo Rasmussen, "condena con firmeza las repetidas violaciones de Rusia de la ley internacional" y pidió de nuevo al presidente ruso, Vladimir Putin, "retirar a sus miles de tropas desplegadas en las regiones fronterizas, dejar de apoyar a los separatistas y revertir su ilegal e ilegítima autoproclamación de anexión de Crimea, que no reconocemos".

El consejero adjunto de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Ben Rhodes, señaló en un comunicado que Obama y los líderes de los otros cuatro países que se reunieron con Poroshenko, estuvieron de acuerdo en la necesidad de que Rusia afronte el costo de sus acciones", y reiteraron su "firme apoyo" a los esfuerzos de Poroshenko "para lograr una resolución pacífica del conflicto".

En declaraciones al margen de la cumbre, el presidente ucraniano se declaró "moderadamente optimista" sobre la posibilidad de declarar un alto el fuego a partir de las 14 hora local de mañana por parte de los dos bandos.

Poroshenko señaló que su país "está cansado de la guerra y hará todo lo posible para que la paz vuelva a nuestra tierra", y mostró su disposición a ordenar a su Estado Mayor que declare un alto el fuego mañana en las regiones de Donetsk y Lugansk con la condición de que mañana se celebre en Minsk la esperada reunión del Grupo de Contacto (Ucrania, Rusia y la OSCE).

Los aliados reiteraron su apoyo a las autoridades de Kiev frente a la influencia "desestabilizadora" de Rusia, a quien de nuevo pidieron que retire sus tropas de la frontera con Ucrania y ponga fin a la anexión ilegal de la península de Crimea en marzo pasado.

No se descarta que los aliados mantengan la presión sobre Moscú mediante la imposición de nuevas sanciones por parte estadounidense y de la Unión Europea (UE) que podría dar en breve su visto bueno a profundizar las sanciones económicas en vigor desde julio.

El rápido deterioro de la situación en Irak, donde la organización terrorista Estado Islámico (EI) incrementó la violencia, preocupó también a los aliados, que abordarán el asunto durante la cena oficial ofrecida por el anfitrión de la misma, el primer ministro británico, David Cameron.

Rasmussen insistió en que la comunidad internacional "tiene la obligación de parar" a ese grupo terrorista, mientras que Cameron y Obama apelaron a la unidad para enfrentar al EI, al tiempo que intentan recabar apoyos para formar una coalición global en contra de los yihadistas.