LUCÍA TABOADA- DOCUMENTACIÓN SER

El 28 de febrero se hacía efectiva la renuncia de Benedicto XVI y el antiguo pontífice dejaba atrás cualquier deber oficial o administrativo, así como la infalibilidad papal, para convertirse en un peregrino de la iglesia y dedicarse a la lectura y a la oración

"Me gustaría con mi corazón, con mi amor, con mi oración, con mi reflexión y con toda mi fuerza interior, trabajar por el bien común y el bien de la iglesia y la Humanidad. Y me siento muy apoyado por vuestra simpatía. Llevamos trabajando juntos por el bien de la iglesia y del mundo" declaraba Benedicto XVI en las puertas del Castel Gandolfo, su nueva residencia hasta que en unos tres meses se mude al Mater Ecclesiae. Este monasterio, que ctualmente está siendo rehabilitado, fue construido en 1992 por deseo de Juan Pablo II, y se encuentra en una zona apartada de los jardines vaticanos. Allí, según las propias palabras del papa emérito, se dedicará a la oración "escondido para el mundo".

Benedicto XVI dejaba de ser el líder espiritual de cientos de millones de católicos a las 20:00 horas del pasado 28 de febrero. Pero con su renuncia no ha vuelto a ser cardenal Joseph Ratzinger, sino que conserva su nombre papal y tendrá el título de Papa Emérito o Romano Pontífice Emérito. Además, como arzobispo retendrá una generosa póliza de seguro de salud del Vaticano y posiblemente tendrá acceso a los doctores que actualmente lo tratan.

El ya papa emérito tampoco ha sufrido cambios radicales en su vestuario. Continuará vistiendo de blanco en vez del negro sacerdotal o el rojo cardenalicio. Sin embargo, será una simple sotana, sin los elaborados sombreros ni los zapatos rojos que usó durante su papado. En el Vaticano también se ha quedado el anillo del Pescador, símbolo del poder papal.

Así mismo, Benedicto XVI sigue acompañado en su retiro por su secretario Georg Gänswein quién no se dedicará exclusivamente a él y por las cuatro laicas consagradas de la comunidad "Memores Domini". Respecto a las nuevas tecnologías, no parece que Benedicto SXVI se vaya a abrir una nueva cuenta en Twitter. Eso sí, podrá ver desde un televisor en Castel Gandolfo cómo su sucesor saludará al mundo desde el balcón de la Vasílica San Pedro.