La Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos (NSA, por su sigla en inglés) recoge cada día información de unos 200 millones de mensajes de texto de teléfonos móviles en todo el mundo, una operación secreta que comparte con el espionaje británico. La información surge de los documentos secretos filtrados por el exanalista de información de inteligencia estadounidense Edward Snowden al diario `The Guardian` que realizó una investigación junto al canal de televisión Channel 4.

A través del programa secreto conocido como `Dishfire`, que la NSA describe en los documentos como "una mina por explotar", accede a la ubicación del usuario, las redes de contacto y hasta los detalles de la tarjeta de crédito. En concreto, cada día la agencia de Inteligencia estadounidense es capaz de extraer más de cinco millones de alertas de llamadas perdidas para su uso en el análisis de contacto en cadena; detalles de 1,6 millones de pasos por las fronteras, a partir de las alertas de red de itinerancia; o más de 800.000 transacciones financieras, entre otra información.

El programa secreto `Dishfire` recoge "casi todo lo que puede", en lugar de, simplemente, almacenar las comunicaciones de los objetivos de vigilancia existentes. De acuerdo a la investigación, la NSA habría hecho un "uso extensivo de su amplia base de datos de mensajes de texto" para extraer otro tipo de informaciones de forma ilegal.

También revela la investigación que la agencia de espionaje británica Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ, por sus siglas en inglés) -una de las tres que integran los servicios de inteligencia de ese país- hizo uso de la base de datos de la NSA. El objetivo del GCHQ fue buscar los metadatos de las comunicaciones de una forma "no focalizada e injustificada", accediendo a una información que, por las estrictas leyes de este país, les habrían obligado a pedir una orden judicial, según pone de manifiesto la investigación.

El editor del diario `The Guardian`, Alan Rusbridger, afirmó a principios de diciembre de 2013, ante una comisión parlamentaria, que este medio "sólo publicó menos del uno por ciento de la información filtrada" por Snowden y mantiene el resto en un lugar seguro.