La Justicia sueca resolvió hoy mantener la orden de captura internacional contra Julian Assange por presunto abuso sexual, defendiendo la legalidad de una medida que ha obligado al fundador de WikiLeaks a permanecer refugiado en la embajada de Ecuador en Londres desde hace dos años.

Los abogados de Assange dijeron que apelarán la decisión, adoptada por un tribunal de primera instancia de Estocolmo que consideró que Assange debe responder por las denuncias formuladas en su contra y que existe riesgo de fuga.

El mes pasado, la defensa del ciberactivista australiano, de 41 años, había presentado un recurso revocatorio de la orden de detención, emitida por el tribunal de Estocolmo en noviembre de 2010, por considerar que no puede cumplirse mientras Assange esté en la embajada y porque restringe sus derechos.

Assange no ha sido formalmente acusado en Suecia pero la Justicia quiere interrogarlo por denuncias de cuatro delitos contra dos mujeres a las que conoció en Estocolmo durante una visita en agosto de 2010. El fundador de Wikileaks rechaza las imputaciones de estas mujeres en su contra.

Los fiscales de Suecia que siguen el caso se han negado a permitir que la policía lo interrogue en Londres.

Assange fue detenido el 7 de diciembre de 2010 en Londres a petición de la Justicia sueca, dí­as después de que su portal Wikileaks difundiera, junto con varios periódicos del mundo, miles de cables diplomáticos confidenciales de Estados Unidos que avergonzaron profundamente a Washington.

Incluso si Suecia archivara su caso, Assange sería arrestado por la policía británica apenas saliera de la embajada por haber violado su arresto domiciliario al escaparse de la casa donde lo cumplía para refugiarse en la sede diplomática ecuatoriana.

Ecuador le concedió asilo polí­tico al ciberactivista por temor a que fuera enviado de Suecia a Estados Unidos, donde podrí­a afrontar un juicio militar por la información confidencial difundida a través del portal de información WikiLeaks.

Ese fue el punto de vista esgrimido hoy por la fiscalí­a sueca, que instó al tribunal a prolongar la orden de arresto al considerar real el riesgo de fuga, lo que impedirí­a su interrogatorio.

Poco despúes de conocida la noticia, un grupo de simpatizantes de Assanse se congregó enlas cercanías de la embajada ecuatoriana en Londres con pancartas en las que pedí­an su liberación.

El portal WikiLeaks, en tanto, reaccionó mediante un escueto mensaje en Twitter que rezaba: "Veredicto: Sin cambios. Continúa el "?status quo"?, al menos hasta que haya recurso".

La defensa de Assange ofreció reiteradamente que el periodista sea interrogado en la embajada de Ecuador en Londres, pero la justicia sueca subrayó la gravedad del caso y recordó que, ante delitos sexuales, se suele necesitar más de una vista e incluso la toma de muestras de ADN, por lo que el acusado deberí­a estar en el paí­s.

Thomas Olsson, uno de los defensores de Assange, volvió a calificar de "desproporcionada" la orden de arresto, que está resultando especialmente gravosa para el periodista, privado en los últimos años de tener una vida laboral y social normal.

Tras un largo proceso judicial en el Reino Unido, durante el cual estuvo en prisión y bajo arresto domiciliario y que culminó cuando el Tribunal Supremo autorizó su extradición, el informático se refugió en la embajada de Ecuador en Londres en junio de 2012 para evitar su entrega a Suecia.

Un mes después, Ecuador le concedió asilo con la esperanza de que las autoridades británicas le dieran un salvoconducto para viajar a Quito, lo que no ha ocurrido.

En un encuentro con la prensa en la embajada al cumplir dos años de asilo, Assange dijo el mes pasado que no tenía intenciones de ir a Suecia porque no tenía garantías de que no iba a ser extraditado a Estados Unidos para ser juzgado por sus revelaciones.