La fiscalía de Corea del Sur acusó de homicidio por negligencia y violación de las leyes marítimas a once de los quince miembros rescatados de la tripulación del buque Sewol, que naufragó el miércoles 16 de abril en un incidente que causó al menos 160 muertos y 140 desaparecidos. Los fiscales aseguran que los tripulantes no llevaron a cabo ninguna operación de salvamento y, en su lugar, se resguardaron en la cabina mientras esperaban a ser rescatados por la Guardia Costera.

Los cargos que se imputan a los miembros de la tripulación conllevarían un mínimo de 3 años de prisión. En tanto, el capitán, que permanece arrestado, es acusado de "asesinato por omisión" por presuntamente abandonar el barco dejando atrapados a la mayoría de los pasajeros. Durante sus declaraciones. algunos tripulantes admitieron que no trataron de rescatar a los pasajeros a bordo. Por el contrario, el jefe de máquinas se defendió y explicó que no prentendió huir, al comparecer hoy ante un tribunal en la localidad portuaria de Mokpo, al suroeste del país.

Las autoridades creen que el maquinista pudo escapar a través de un pasaje reservado a los miembros de la tripulación tras solicitar a los pasajeros que no se movieran, pero él aseguró que dejó el buque "justo antes que comenzara a volcarse por completo". Sin embargo, datos obtenidos de la investigación afirman que siete miembros de la tripulación, incluido el jefe de máquinas, figuran entre los primeros en llegar a la costa en un bote salvavidas tras el rescate.

El buque Sewol comenzó a inclinarse supuestamente por un giro brusco que provocó el desplazamiento de la carga, y en poco más de una hora ya estaba completamente hundido.

Esta mañana el colegio al que pertenecían los estudiantes que viajaban en el ferry reabrió sus puertas con muestras de dolor por los chicos fallecidos y desaparecidos. La secundaria Danwon, ubicada al sur de Seúl, volvió a dar clases aunque en un clima marcado por la tragedia de la embarcación en la que viajaban 325 alumnos y 14 profesores de la institución.