En su primer día como Papa, Jorge Bergoglio se acercó personalmente a la recepción del hotel en el cual estaba alojado en el Vaticano, y abonó los gastos de su estadía.

Bergoglio ya había demostrado gestos de austeridad, al despojarse de las lujosas estolas, crucifijos y al rechazar el viaje al Vaticano en primera clase.

La fotografía publicada en el periódico del Vatino L'Osservatore Romano confirma las descripciones brindadas por aquellas personas que conocen personalmente a Francisco.

Un comunicado oficial del Vaticano detalló que "ha pasado por la Casa Internacional, donde habita durante sus estancias en Roma. Ha sido una visita sencilla, porque ha vuelto en uno de los coches de la gendarmería vaticana sin mucha escolta. En el camino saludó a los niños de un colegio".