"Pienso que fue extremadamente triste lo que sucedió con una publicación que representa a la gran tradición francesa de la caricatura", señaló Assange.

El editor es la cara visible de la página web que publica, desde 2006, documentos y cables secretos de Estados Unidos y otros países.

Desde la sede de la embajada de Ecuador en Londres, donde está asilado en espera de poder viajar al país sudamericano, Assange declaró al matutino que "hoy tenemos que mirar para adelante" para intentar "pensar qué pasó y cuál debe ser la reacción" a seguir.

En ese marco, dijo que "todos los días se está produciendo una masacre de esa magnitud en Irak y otros países árabes, gracias a la acción desestabilizadora de Estados Unidos, Francia y el Reino Unido"

Destacó, en ese plano, que Francia "participó en el suministro de armas en Siria, Libia y en la recolonización de Malí".

En otro tramo del reportaje, el fundador de Wikileaks subrayó que los servicios secretos franceses "dejan muchas preguntas abiertas" sobre los sucedido.

"¿Por qué los hermanos Kouachi, conocidos por sus lazos con extremistas no estaban bajo vigilancia? ¿por qué las oficinas de Charlie Hebdo no estaban mejor protegidas? ¿cómo pudieron conseguir conocidos yihadistas armas semiautomáticas en Francia", son algunos de los interrogantes planteados por Assange.

Un tópico al que hizo referencia el entrevistado por el diario argentino fue que "una de las cosas positivas que surgió en los últimos días" como resultado del ataque a la publicación satírica francesa "es la defensa de la libertad de expresión".

Con todo, Assange recordó que en la multitudinaria marcha ciudadana de repudio llevada a cabo en París el domingo último, y que congregó a cerca de dos millones de personas, "estuvieron presentes figuras que son los peores enemigos" de ese principio, como los representantes de "Arabia Saudita y Turquía".

Agregó que la amenaza de que se intensifique la "vigilancia masiva en Internet es una amenaza a la democracia" por parte de los países centrales, "ya que otorga un poder excesivo a los servicios secretos", mientras se descuida "la vigilancia específica a las amenazas terroristas".